El escritor ofreció ayer en la ciudad una conferencia para los estudiantes.
Las anécdotas, las permanentes referencias a Dios, la invitación a atreverse a ser diferente y a fijarse grandes metas, fueron los ejes sobre los que el escritor mexicano Carlos Cuauhtémoc Sánchez hilvanó su discurso ayer, ante miles de estudiantes guayaquileños que acudieron al coliseo Voltaire Paladines Polo para oír la palabra de este autor, que vende millones de libros.
El público lo formaban estudiantes de planteles secundarios fiscales y particulares de la ciudad. Llegaron acompañados de sus maestros y coparon la totalidad del recinto. La delegación más numerosa fue la del colegio Guayaquil. Entre el público estaban también 300 uniformados de la Comisión de Tránsito, que habían acudido a escuchar la conferencia de Sánchez: ‘Jóvenes fuertes en tiempos difíciles’.
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El animador del acto, antes de presentar al conferenciante, mencionó a cada uno de los colegios asistentes, lo que provocó el entusiasmo de los alumnos. El ambiente era similar al que se vive en un concierto de una estrella de la música.
“¿Dónde están los jóvenes de Guayaquil?”, preguntó Sánchez cuando salió al escenario. Ese fue el inicio de una relación con el público que duró una hora. El audio no era nítido, por ese motivo el escritor invitó a los jóvenes a escuchar con atención. Señaló que a veces se admira a gente que no tiene valores y citó frases de estrellas del espectáculo, que mostraban lo banales que son. Arengó a los asistentes a seguir un camino diferente. En la juventud se toman decisiones todos los días, les dijo, y si se equivocan, posiblemente arruinen sus vidas.
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Comentó a los jóvenes que Dios espera de ellos cosas mejores y que están en la tierra para dejar huellas. Que lo importante es tener sueños altos, prepararse bien y buscar oportunidades, porque algún día las hallarán. “Quiero que visualices el tipo de joven que quieres llegar a ser”, decía.
Les aconsejó que se alejen de las drogas y que guarden su sexualidad para el matrimonio. “Si tu novio te presiona para tener sexo, quiero que sepas que un hombre verdaderamente enamorado puede esperar el tiempo que sea necesario”, dijo. Las chicas rompieron en aplausos. Retó a los jóvenes a buscar ser distintos y triunfadores.
En la conferencia
La hija
El escritor invitó a su hija, de 18 años, a dar un testimonio. Dijo que a los 14 años sufrió de anorexia e insomnio, pero que Dios la salvó.
Diferente
Reyna Muyudumbay, 17 años, alumna del colegio Guayaquil, señaló: “ese hombre sabe dar consejos”. Igual pensaban sus amigas.