Gilberto Torres es el primer maestro no religioso que ocupa el rectorado en los 95 años de este colegio.
Se confiesa un salesiano sin sotana. Defiende, a viva voz, que el Cristóbal Colón jamás cambiará su esencia: cristiano, católico y salesiano, pese a que él es el primer seglar (no religioso) que asciende al rectorado de este tradicional colegio.
Gilberto Torres Villacís ocupa desde el pasado 16 de marzo ese cargo, después de 30 años de estar al frente de la cátedra de este plantel. La única condición que puso es que lo dejaran seguir dando su clase de matemáticas. La autoridad asegura que el colegio no se cambiará de sede. “Es un ícono del Barrio Centenario”.
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Pregunta: ¿Cómo llegó al Cristóbal Colón?
Respuesta: Vine a Guayaquil en 1971 desde Guanujo (provincia de Bolívar) buscando un porvenir y estudiar en la universidad, y por casualidad llegué al colegio salesiano Domingo Comín a dar clases. En 1975, un padre me acordó una entrevista con el recordado sacerdote Ángel Botta, director en ese entonces del Cristóbal Colón. Había 20 carpetas voluminosas para una vacante y la mía era solo una hoja, pero resulté escogido.
P: ¿Cómo ha sido su experiencia en el plantel?
R: Hace ocho años se hizo una encuesta con los estudiantes sobre los maestros y resultó que uno de los más apreciados fui yo. Soy convencido de que para llegar a los alumnos no es qué se les enseña sino cómo se lo hace. Un estudiante puede aprender más en la universidad, cursos o internet, pero a él se le queda la esencia del cómo le enseñaron.
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P: ¿Qué pesó para que sea designado rector?
R: Mi baluarte son los chicos. Aunque también debo reconocer que alguien que me ayudó mucho fue el sacerdote Jorge Ugalde, el anterior director del colegio. Él confió en mí pues me designó primer vicerrector seglar en el 2002.
P: ¿Cómo asume esta designación?
R: Con humildad y ganas de trabajar. Al comienzo cuando me propusieron ser rector no acepté, pues solo habían pasado sacerdotes. Tomo esto como una conscripción y me he encomendado a Don Bosco y María Auxiliadora, nuestros patrones.
Lo único que pedí fue que nunca me quitaran el caramelo de la boca: dar clases, pues el aula para mí es un salón de alta cirugía donde no debe volar una mosca, pero por momentos también puede ser un circo donde todos reímos.
P: ¿Su nombramiento se interpretaría como un cambio de filosofía del plantel?
R: En el colegio han existido tres etapas: la primera regida por el 90% de sacerdotes italianos y 10% de sacerdotes ecuatorianos. En esa época no había seglares. La segunda cambia al 90% de sacerdotes ecuatorianos y 10% italianos. Y en la tercera el 90% son seglares y el 10% sacerdotes. Esta realidad hizo que los salesianos piensen si eliminan los colegios o van delegando responsabilidades a los seglares.
P: ¿Esa delegación no significa que el colegio puede llegar a un laicismo?
R: De ninguna manera. El objetivo no es secularizar o pasar a una etapa de laicismo. Simplemente se trata de delegar responsabilidades a seglares que tengan espíritu salesiano. Es decir que sean un salesiano más sin sotana, que sientan ese espíritu.
Siempre estarán allí (golpea la mesa) el espíritu, la esencia, la razón sine qua non del Cristóbal que es: cristiano, católico y salesiano.
P: ¿Hubo reacciones de los padres y estudiantes cuando usted fue nombrado rector?
R: En efecto. Cuando asumí me llamaban padres de familia preocupados y me preguntaban: ¿cierto que el colegio deja de ser católico?, ¿cierto que ya no va a haber misa? Yo les preguntaba quién andaba diciendo eso, y ellos me respondían que eso era lo que andaban diciendo.
Eso me motivó durante mi primera intervención en el balcón general ante los alumnos y dije: No habrá nadie quien soslaye, que intente desviar la orientación del Cristóbal que es cristiano, católico y salesiano. Cuando expresé eso, a viva voz, nunca me imaginé los aplausos ensordecedores de los alumnos.
Por eso ratifico que de ninguna manera el Cristóbal Colón intentará desviar el sistema, ese carisma y orientación salesiana.
P: ¿Cuál será su estrategia para mantener esa esencia salesiana en el Cristóbal?
R: Aquí podrá desaparecer, por decir algo, el departamento de matemáticas, pero el de pastoral jamás, ese es fundamental.
Cuando estamos en clase, siempre hay el eje transversal de relacionarlo con las vivencias del evangelio de Jesús y María Auxiliadora, que no sea un simple cumplir para estar contento sino estar convencido de ello. En los alumnos cultivamos cada día la máxima del plantel y de los salesianos: buenos cristianos, honrados ciudadanos y el lema latín Ad superna intenti, que significa Aspirando a cosas mayores. Este es un lema que se les ha clavado como el Himno Nacional a los cristobalinos.
P: ¿El colegio se cambiará de casa en algún momento?
R: Hace algunos años en el gobierno del doctor (Jamil) Mahuad la intención era cambiar el colegio a la vía a Samborondón, se compraron diez hectáreas y se construyó una inmensa iglesia en el lugar, pero luego se hizo un análisis social de cuántos colegios había en el sector y pesó que el Cristóbal nació en el Centenario, es un ícono del sur de Guayaquil. La decisión es terminante: el Cristóbal se queda en el Barrio Centenario.
P: ¿Qué pasará con los terrenos de Samborondón?
R: No lo sé. Los salesianos tienen la palabra si los venden o hacen otra actividad.
P: ¿Qué proyectos tienen para el plantel?
R: Hay un proyecto para construir un edificio de tres plantas desde la piscina Thoret hasta las oficinas del Departamento de Orientación. También se construirán laboratorios de clases y se aislará al plantel del problema del intenso ruido que se produce al mediodía con una tecnología que permita mantener una temperatura agradable en el colegio mediante una ambientación (aire acondicionado).
PERSONAL
Nombre: Gilberto Torres Villacís. Nació en Guanujo (Bolívar), el 26 de febrero de 1950. Es casado y tiene dos hijos.
Estudios: Colegio San Francisco Javier de Guaranda. Licenciado en la especialización de Matemáticas en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad de Guayaquil. Actualmente realiza una maestría de Gerencia Educativa en la Universidad Politécnica Salesiana.
Experiencia: Colegios Domingo Comín, 17 de Septiembre, de Milagro, Cristóbal Colón (desde 1975) y fiscal Eloy Alfaro (desde 1977).