De paseo por los grafitis

Desde que leí Letreros, Dibujos y Grafitos Groseros de la Picardía Mexicana (1975), divertidísimo libro de A. Jiménez, empecé a recopilar esos mensajes, siempre cambiantes, ubicados en calles, buses y baños.La palabra graffito fue usada originalmente por los arqueólogos para designar inscripciones marcadas en los muros durante el Imperio Romano, luego en referencia a cualquier época histórica y fue castellanizada a grafito.El escritor mexicano A. Jiménez le da un alcance más amplio. Grafito es el letrero o dibujo ejecutado por las manos anónimas del pueblo, con diverso material (lápiz, pintura, crayón, tinta, aerosol, etcétera) raspado o grabado con objeto puntiagudo o filoso, en superficie de toda índole, no exclusivamente en paredes.Los grafitos –o grafitis– son la libre expresión del pueblo, aunque se le advierta: Prohibido fijar/ Avisos y Propagandas. La mayoría tienen humor y picardía, todos son agudos comentarios sobre la realidad y no están exentos de connotaciones políticas, sexuales, raciales, sociales, regionales, etcétera.Alicia Ortega en La ciudad y sus bibliotecas dice: El grafiti quiteño y la crónica costeña proponen que cada habitante sea un lector de su ciudad, que la convierta en su biblioteca.Cuando me canso de leer libros y navegar por la internet, huyo a las calles tras sus huellas, mensajes y expresiones de libertad. Grafitis en buses Movilizándome por la ciudad y el país, caigo en cuenta que los choferes –a más de religiosos– dicen ser buenos para farras y faldas. Raro es el bus que no luzca la confesión: Dios guía mi camino o Dios es mi copiloto. Pero ni con tan celestial copiloto dejan de atropellar a cristianos parqueados a la vera del Señor. Aunque en Jipijapa, un chofer no profesa fe tan ciega, más bien parece chulquero: Solo confío en Dios/ los demás pagan de contado.Casi todos pregonan su virilidad y que las mujeres caen rendidas a sus llantas: Soy chiquito/ pero tengo/ tremendo piiiiito.Un conductor vejete de la ruta: Esmeraldas-Atacames que parece ser de Vilcabamba, adicto al viagra o qué sé yo: Viejito pero/ subo y/ bajo.En un bus de Pujilí, leí la fatídica adhesiva: Las curvas y los huecos me matan. Viajando de Manta a Jaramijó, en la piel del autobús, el generoso conductor grabó: Si el niño es hijo del chofer, no paga. En baños La mayoría de los grafitis, escritos y dibujados, –y qué ilustraciones– en los baños son imposibles de ejemplificar en estas páginas. Los de cines y bares son propuestas sexuales y audaces. Aunque no olvido una combativa arenga mal escrita sobre la puerta de un baño del Malecón 2000: A la carga/ cagones.Tiempo atrás, en un restaurante italiano, Boyacá y Víctor Manuel Rendón, el propietario, con el más alto índice de exclusividad escribió: Baño solo/ para clientes. Pero alguien de calenturienta imaginación, le agregó una vocal y cambió el sentido: Baño solo/ para calientes.En los baños, a más de malos olores, uno encuentra desesperados y hasta poéticos grafitis. Y no hace mucho en Café Galería Barricaña, Primero de Mayo y Seis de Marzo, había una ingeniosa sentencia: La vida es una barca/ calderón de la mierda, haciendo alusión a La vida es sueño del español Calderón de la Barca. En muros y paredes En Guayaquil faltan servicios higiénicos públicos y sobran meones. Antes de la regeneración urbana, en el parque de García Moreno y Padre Solano, a la sombra de un ceibo, los afectados de cistitis hacían de las suyas, pese a que lucía un letrero que anunciaba: No te/ orines/ te estamos/ filmando, y no era para postularlo al Oscar.Sobre un muro, a pocos metros de la Universidad de Guayaquil, un futuro abogado o fiscal de la república declara: Xq prefiero ser/ un borracho conocido/ mas no un alcohólico anónimo/ atte/ fabiolo/ jurisprudencia.Declaración que me recuerda al que leí en la fachada de Chupódromo Bar de Montañita en la temporada del 2002: Evite el chuchaqui/ manténgase borracho.Pero la juventud también es combativa, en el muro del estadio Yeyo Úraga, Tungurahua y Cuenca, en rojo han escrito una consigna antiyanqui y con aerosol negro han agregado: Bushca someternos/ Oxy y TLC a la mierda/ GCP.Cuando estuve en La Tola, al norte de Esmeraldas, en una pared hecho el profeta escribió: Si Fidel viviera/ cien años más/ Cuba sería potencia/ con una carta de más/ pero por desgracia marina/ de un pequeño empujón/ Cuba volverá a ser/ Babilonia de corrupción.El domingo 9 de abril del presente año, en un departamento del sur encontraron el cadáver de un hombre al que le cortaron la yugular y en la pared escribieron con su sangre: Esto te pasa por andar con mujeres ajenas.En las paredes interiores no siempre hay tanta violencia, pero si un acuerdo de pesar para los morosos. En una cebichería de La Libertad leí: Nota de fallecimiento/ acaba de fallecer en este/ establecimiento el ilustre señor/ fiado/ dejando a la señora viuda/ doña cuenta, los siguientes hijos: /mañana/ pasado/ después yo te pago/ la familia inconsolable por/ la pérdida de este ser querido/ pide que no manden flores/ ni coronas sino/ solo dinero.Años atrás, una papelería del barrio Las Cinco Esquinas, lucía dos letreros escritos por su neurótico propietario: Toque el timbre pero/ no se prenda del botón como si fuera mamadera/ esto no es sala de emergencia ni botica de turno. Ese estaba junto a la puerta. Este otro sobre la caja registradora: No aceptamos mugrosos/ en esta papelería/ (nos referimos a los billetes).Hay más, muchos pero no hay espacio para tantos grafitos. Las calles y las paredes son el libro más democrático del mundo. Caminar, pasear, anotar y leer a Guayaquil y al país me agotó. Por eso ahorita voy tras ese letrero que promete: Cervezas verdes/ bien heladas.

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