Los ramos que se venden afuera de las iglesias para la conmemoración del Domingo de Ramos y que provienen desde la Sierra “simbolizan la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén”, dijo el padre Geovanny Pazmiño, de la parroquia Santo Domingo de Guzmán, al descartar que  esto atente contra el ecosistema.

Respecto a la campaña-foro que se anuncia  para evitar la tala indiscriminada de la palma de cera, monseñor Elías Dávila, vicario de comunicación de la Arquidiócesis de Guayaquil, aseguró que “no está en peligro (la palma) de extinción porque se da en gran cantidad. Es una especie de palma salvaje a la que no se le da ninguna otra aplicación”.

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Mencionó que  esta clase de plantas crece  en la parte media de la cordillera de los Andes” y es poca la que se utiliza para iniciar la Semana Santa. “Tengo entendido que por una que se arranca crecen cuatro o cinco hijuelos”, refirió.

Las organizaciones Aves y Conservación, Fundación Jocotoco y Birdlife International, lanzarán este jueves  30, en el Ministerio de Agricultura y Ganadería, una campaña contra la tala de la palma de ramos, que –según un comunicado– es donde habitan dos clases de aves que  están en riesgo: el loro orejiamarillo y el perico cachetidorado.