Para tratar a los perros y gatos existen métodos químicos y quirúrgicos y los controles deben ser realizados por especialistas de la veterinaria.

Cada seis meses, Aída Molina lleva a su mascota Nena, una perrita pequinés de 8 años, al veterinario para que le aplique la inyección anticonceptiva que impide que tenga más cachorros.

Y cada cuatro meses hace lo mismo con Chimuela, una gata de 3 años. “Es la única forma de estar tranquila y no preocuparme si se preñan o no”, dice Molina, quien paga 12 dólares por cada inyección.

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En el mercado existen anticonceptivos químicos y métodos quirúrgicos para evitar los embarazos en perras y gatas, dicen los veterinarios Heraldo Barzola, Javier Bravo y Margarita Martínez.

La primera opción incluye gotas e inyecciones, según su colega Javier Bravo. “No hay muchos productos. Yo uso el acetato de megestrol (gotas) que actúa bajando los niveles de las hormonas y evita que el animalito ovule”, dice.

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Dos centímetros del gotero, una vez por día durante ocho días es la dosis que hay que darle a la perra cuando empieza el celo, es decir al inicio del sangrado menstrual, que dura de 15 a 21 días, señala Bravo.

A las gatas se les da la misma dosis en la misma fase, que se identifica cuando el animal se pone inquieto, maúlla mucho y levanta la cola cuando se lo acaricia, explica Bravo.

Agrega que antes se usaban en las mascotas medicamentos anticonceptivos para humanos, como la Depropovera (o medroxiprogesterona) “pero luego de 2 a 3 dosis aparecen piometras y tumores mamarios, por eso no es aconsejable”.

Martínez recomienda este mismo medicamento pero el de uso veterinario. Son ampollas de 2 y 5 cm que impiden la liberación de las hormonas lh y sfh, que causan una disminución en la respuesta ovárica por lo que no ovula el animal. Se usa para prevenir (se le da tres semanas antes) y suspender el celo, acota.

Efectos colaterales
Si bien el acetato de megestrol está aprobado para uso veterinario, el exceso puede causar efectos colaterales, como la piometra o infección con pus en el útero y tumores mamarios, agrega Bravo.

Martínez coincide con este criterio y agrega que se debe aplicar el anticonceptivo cuando la gata o perra no estén preñadas, porque de hacerlo puede provocar la muerte del feto y la madre.

La dosis de las ampollas cuesta de 2,50 a 5 dólares, dice  Martínez.

Ella coincide con Barzola en que el método anticonceptivo más efectivo es el quirúrgico. Consiste en extirpar el aparato reproductivo de la perra y la gata, cirugía que se llama ovariohisterectomía. La operación se puede practicar después de los 6 a 9 meses de edad, en el caso de las gatas, y antes del año, en las perras.
Cuesta entre 80 dólares (gatas) y 150 dólares (perras).