Fundamides empezó a funcionar en marzo pasado a través de la autogestión.
La menor Ingrid San Martín Quiñónez, de 13 años, tiene en los brazos y piernas las cicatrices que le dejó un incendio registrado el 28 de junio pasado en su casa, ubicada en la 18 y la I. Los recuerdos de aquel día permanecen con intensidad en su mente: llamas por toda la vivienda, desesperación de sus hermanos y angustia.
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Cuatro meses y dos semanas después de este accidente, Ingrid recibe terapias en la Unidad de Quemados del hospital Roberto Gilbert y vive momentáneamente con su madre Narcisa en el albergue de la misma entidad, situado en la ciudadela Atarazana.
Para ella, la desgracia le trajo una alegría: “Reconocer que aún existen personas de buen corazón y que la ayudaron a vivir”.
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Se refiere a quienes integran la fundación Amigos en el Desastre (Fundamides), quienes acudieron un día después del siniestro para apoyarla económicamente con los gastos de hospital, sangre y medicinas, ya que su familiar no contaba con el suficiente dinero.
El presidente de esta fundación, Isidoro Martínez, confiesa que hasta ahora no se le borra de la mente la imagen de desconsuelo y desesperación de la familia Quiñónez.
Tampoco se olvida de las llagas que cubrían el 67% del cuerpo de la niña. Ahora gusta más de recordar el cumpleaños de la pequeña, celebrado hace unas tres semanas con una fiesta “sencilla, pequeña y amena”.
Fundamides le entregó al principio 200 dólares, cuyo valor equivale al 20% de la deuda del hospital. Si el precio es menor, se le entrega 100 dólares.
La institución también pagó las facturas de medicinas, exámenes clínicos, sangre y terapias. Hasta el momento se le sigue cancelando las pruebas de electroencefalograma, comenta la coordinadora de Fundamides, María Eugenia Velásquez, quien hace una suma mental rápida y agrega que la pequeña ha recibido casi más de mil dólares.
En una carpeta manila descansan aproximadamente unos 30 casos parecidos: el de Samuel Nieto Morán, de 13 años, quien tenía quemaduras en el 85% del cuerpo por una carga eléctrica; el de David de la Cruz (12), quien se quemó el dedo por tocar un cable con un palo que tenía metal adentro; el de Zoila Murillo, de 40 años, quien perdió su casa en la cooperativa Assad Bucaram, entre otros.
Al primero se le hizo la primera intervención quirúrgica de piel sintética en el país. Al segundo, se le amputó el dedo y la tercera, recibió una casa nueva para ella, sus dos hijos, nuera y seis nietos. Los recursos que obtiene Fundamides son autogestionados y por eso hoy realizará un bingo en el Club de Leones de Urdesa, a las 14h00.
AYUDA
DIRECCIÓN
Fundamides está ubicada en el edificio World Trade Center, torre A, piso 3, oficina 305. Informes: 263-0571.
INICIOS
María Eugenia Velásquez, coordinadora de Fundamides, recorta del periódico los casos de víctimas de incendios para luego visitarlos junto a los otros seis integrantes.
AUTOGESTIÓN
La entidad obtiene sus recursos de la revista que editan, del mismo nombre, de los bingos y eventos de presentación.
EXCLUSIVO
La fundación trajo por primera vez piel sintética para quemados de Estados Unidos. El material está valorado en 22 mil dólares.