Seiscientos niños de las preprimarias de tres escuelas militares de la ciudad se sienten los mejores cadetes del mundo y se muestran orgullosos de sus uniformes.
Tienen entre tres y cinco años de edad, la mayoría aún no sabe contar bien ni identifica rápidamente su derecha y su izquierda y sus papás siguen amarrando los pasadores de sus botines, pero aun así ellos dicen sentirse unos soldados.
Para los niños que estudian en la preprimaria de tres colegios militares de la ciudad (Liceo Aeronáutico, Liceo Naval y Teniente Hugo Ortiz), las clases del ‘quier, dos, tres, cuatro...’ son las que más aplican en su vida escolar.
Ellos empiezan a conocer así la disciplina militar.
Publicidad
Comúnmente, se piensa que los menores educados en base a la doctrina militar adquieren mayor responsabilidad y en comparación con los chicos de las escuelas civiles en parte es verdad, asegura Maura Intriago, quien ha experimentado tener a su hijo mayor en una escuela civil particular y al menor en una militar.
Ella dice que aunque los dos tienen buenas notas, el menor es más ordenado en sus cuadernos e incluso en su dormitorio, y eso es parte de la enseñanza que recibe, afirma.
Publicidad
Por su parte, Ángel Benalcázar, quien estudió la primaria y secundaria en un liceo militar, sostiene que aunque guarda gratos recuerdos de sus maestros y plantel, no enviará a sus hijas a un centro de estudios similar porque los castigos son fuertes.
Él considera que la educación básica se da en casa y cuando ellas vayan al colegio decidirán si optan por una carrera militar.
Los militares que laboran en estos centros aseguran que a los pequeños del preescolar se les da un trato distinto que al resto de los alumnos. “Se les debe dar una confianza especial para que desarrollen”, comenta el teniente Juan Almeida, supervisor del Liceo Naval.
En efecto, los espacios donde se desarrollan sus clases no tienen los clásicos colores sobrios de un salón de escuela o colegio. Las paredes de las aulas de los más pequeños están pintadas con colores llamativos, dibujos de personajes animados, fotografías de los alumnos, trabajos hechos en clase; además están los casilleros y mesas compartidas.
El coronel Osiris Luna, rector del Liceo Aeronáutico, señala que lo que se pretende es conseguir en los pequeños un pleno desenvolvimiento académico con nociones elementales de la vida militar.
Lo más importante es el respeto y el derecho de los menores, menciona por su parte el coronel Hugo Vivas, rector del Tnte. Hugo Ortiz.
Ellos coinciden en que en los centros de educación militar no se permite que la parte afectiva se desvincule del proceso de aprendizaje de los menores, desestimando los cuestionamientos de dureza.
Niños como Kiara Ortiz, de 5 años, del primer año de E.G.B. del Liceo Naval, sostienen que aprende rápido y sus maestros la quieren.
Julia Zeballos, directora del Nivel Preprimario del Liceo Aeronáutico, afirma que “el trabajo con ellos (los niños) es muy gratificante porque su forma de asimilación es rápida (...), además los padres están encantados con la disciplina que se les inculca”.
Así mismo opina el coronel Hugo Vivas, quien enfatiza en que la mayoría de padres buscan estos colegios por el orden y el autocontrol que fomentan en sus alumnos y que se refleja en la vida diaria.
APUNTES
Armas
Algunos niños y niñas entrevistados indicaron que su gusto por la milicia se debe a la atracción que sienten por las armas. Los encargados de las escuelas aseguran que se instruye a los padres sobre esta problemática para que en conjunto se advierta a los pequeños de los riesgos que significa el uso de aquellas.
Festival Aéreo
Los alumnos del nivel preprimario del Liceo Aeronáutico intervinieron como embajadores en el Festival Aéreo que se desarrolló el fin de semana anterior.
Atracción
El festival dejó al descubierto una vez más la atracción de los niños por las armas y los equipos militares. Fueron los más entusiasmados, pese a conocer poco de la disciplina castrense.
Los colegios
El Liceo Aeronáutico está ubicado en la Cdla. FAE Mz. 26; el Liceo Naval, en la Av. Pedro Menéndez Gilbert (antes de llegar al puente de la Unidad Nacional) y el Tnte. Hugo Ortiz, en Samanes VI etapa.