El pecado de omisión

El pecado de los que dejamos que las cosas sigan como van (cuando no van bien) en el hogar, en el trabajo, en el país.

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El pecado de los que “no podemos arreglar al mundo” y nos desentendemos de las muchas cosillas que sí podríamos arreglar en nuestro pequeño mundito de todos los días...

El pecado nuestro de todos los días es no poner a trabajar en favor de los demás todo lo que Dios nos ha dado a guardar: amor, bondad, misericordia, bienes materiales, compasión...

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(Tomado de Misal de la Obra Nacional de la Buena Prensa - México D.F.).