A sus 18 años, María Cristina Kronfle decidió encabezar una campaña para que los discapacitados puedan desenvolverse con normalidad. Ayer se reunió con personas que tienen problemas similares y dialogó telefónicamente con el presidente del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis), Germán Yépez.
El primer planteamiento de Kronfle tiene relación con las elecciones de octubre. A ella le preocupa no poder cumplir con su derecho al voto porque los recintos electorales están ubicados en lugares no accesibles para quienes tienen discapacidad.
Publicidad
Según Kronfle, Germán Yépez se comprometió a abordar el tema con el Tribunal Supremo Electoral para buscar una solución.
Las estadísticas nacionales indican que 1 600.0000 ecuatorianos sufren de algún tipo de discapacidad sea física, sensorial o mental.
Publicidad
En la cita estuvieron integrantes de la Asociación de Parapléjicos, Hemipléjicos y Cuadripléjicos del Guayas (Asopléjica); de la Fundación Margarita Anderson y del Conadis.
Antes de la sesión, que se inició a las 17h00, Kronfle indicó que la lista de incumplimientos de normas para que ellos puedan desenvolverse es inmensa. Relató que la semana anterior decidió recorrer la ciudad e ir anotando en un cuaderno las calles a las que los discapacitados no tenían acceso, llegó a quince y se detuvo porque pensó que el papel no alcanzaría.
No obstante, reconoció que en las zonas regeneradas los malecones 2000 y del Salado y unos pocos edificios sí hay rampas. Sin embargo, dijo que algunos casos son peligrosas.
Para ella, el diálogo de estos temas puede dar resultados. Como prueba recordó que quiso hacer el preuniversitario en el Jefferson y fue un viernes. No encontró rampa, lo conversó con las autoridades y el lunes que inició las clases ya había una.
María Cristina Kronfle nació con una miopatía. Contó que siente sus piernas pero no tiene fuerzas para sostenerse en ellas.
A los 7 años usaba un carrito para movilizarse, ahora lo hace en una silla eléctrica.
Lograr que se instaure un sistema de transporte público para quienes padecen de disfunción motriz es otra de sus metas.
Ella conoce que hay una institución privada que ofrece el servicio, pero a su criterio, esto debe ser asumido por el Municipio, para que todos puedan acceder a él.