Se acercan las elecciones y con ellas muchos rostros conocidos, pero no por su liderazgo político, sino por su alto rating o por ser una buena carnada para obtener votos. ¿Qué está pasando con la juventud de este país?, es hora ya de que despertemos y exijamos a estos políticos caducos, que –como en el deporte– se deben preparar durante muchos años, y otros toda su vida, si quieren ser ganadores.

Se deben formar líderes políticos desde jóvenes, enseñándonos que para llegar a la cima se lo debe hacer paso a paso, para que en cada paso que demos, corrijamos lo que estuvo mal en el anterior; no escoger a los candidatos de la noche a la mañana porque “con él seguro ganamos” y “eso es lo único que importa”. ¡Ya basta!

* 25 años, egresado de Ingeniería Mecánica de la U. de Guayaquil

Entre el amar y el querer

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Andy Narea Espinoza*

Hay una gran diferencia entre amar y querer. Amar es dar todo sin pedir nada a cambio, es el sentimiento más sublime que el ser humano experimenta, es una mezcla de emociones que a veces nos hace perder la razón. Amor es desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; mostrarse alegre, triste humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso, dar la vida y el alma en un desengaño.

En cambio querer es tener, poseer y sentirse a gusto con el otro, es no sufrir, es otra clase de sentimientos que encierra grandes emociones, pero no tan fuertes como el amor.  En la actualidad, se confunde mucho la pasión y el deseo con el amor. El  quiero está en la boca de casi todo mundo, pero en la voluntad de muy pocos.

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* 18 años, estudiante de Gestión Empresarial en la U. de Guayaquil