El chulipollo tiene menestra, chuleta, arroz, puré y pollo.

En las noches y en las madrugadas cuando el clima es frío, el viento sopla en ocasiones un poco fuerte y la lluvia cae sorpresivamente, el chulipollo abriga y llena los estómagos de cualquiera.

El arroz, la menestra, el puré, el pollo y la chuleta frita que son los ingredientes de este plato –cuyo valor es de 3,85 dólares– son trasladados por cualquiera de las cuatro cocineras del restaurante Clarita (Alcedo y Los Ríos), desde la olla al plato.

El humo aún se desprende de los alimentos y el tamaño de las porciones elimina por completo los límites de la estética gastronómica.

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Son platillos enormes del que pueden comer hasta dos personas hambrientas moderadamente.
Aunque también existen los que tienen hambre de ‘camionero’; los que deciden comerse todo el banquete, afirma el administrador del negocio, Héctor Asunción, quien trabaja con su tía Clara Ruiz, la dueña del negocio.

De hecho, según Héctor, hay algunos conductores de tráileres que se detienen a las 03h00 y 05h00 los fines de semana en estas calles para comer.

Mientras cobra los distintos pedidos, Héctor –más conocido como El Chino– entrega a los consumidores casi mecánicamente las fichas de colores amarillo, azul y blanco que representan los diferentes platos de comida.

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Todos contienen obligatoriamente el arroz, el puré y la menestra. La amarilla incluye la chuleta y cuesta 2,50 dólares; la azul, el pollo y vale 1,90 dólares y la blanca, ambos.

Miguel Mota (45), un taxista de contextura gruesa y dedicado a este transporte hace diez años, opta casi siempre por el pollo. Le sigue los pasos a ‘Clarita’ desde el año 1978, cuando el restaurante estaba ubicado en el mercado Central.

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Mientras recuerda aquellos tiempos, Miguel ríe y dice que en algunas ocasiones fue al sitio para comer el chulipollo y quitarse el chuchaqui.

Otros acuden al lugar por primera vez. Ese fue el caso de Jean Carlos Garzón, un comerciante de 34 años. Su rostro desprendía satisfacción mientras observaba su plato de comida ya casi vacío.

Comentó que después de este banquete, dejaría pasar unas semanas para probarlo por una segunda vez debido a que estaba satisfecho.

“Es la primera vez que pruebo menestra y puré juntos”, manifestó.

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Al mismo tiempo que Jean Carlos se preparaba para dejar el lugar, dos moradoras del sector –cuyos nombres omitieron– pidieron chuletas para llevar.

Ellas prefirieron no sentarse en alguna de las 30 sillas del lugar. Solo observaron cómo las chuletas y los filetes de pollos hervían en grandes pailas. La menestra y el arroz ocupaban dos ollas de aproximadamente 70 centímetros de profundidad.

Se cocina seis veces diariamente, según Metcy López quien prepara estos platillos en el restaurante hace seis años.

Cuenta que la receta no le pertenece a Clarita. Es de Víctor Hugo Fernández, hijo de la dueña.

Metcy indica que él siempre les recomienda despachar bastante para que el cliente regrese.

Menciona además que los viernes, sábados y domingo acuden alrededor de 160 personas diarias.

De lunes a domingo el local tiene dos horarios. El primero es desde las 12h00 hasta las 15h00 y solo se preparan almuerzos. El segundo funciona desde las 16h00 hasta las 05h00.

Los fines de semana se prepara seco de pollo y arroz con menestra y carne asada.