La comuna de Olón, con 2.200 habitantes (y una población flotante de igual número), se levanta al pie del Pacífico, en la denominada Ruta del Sol, que conecta a los balnearios de Guayas y Manabí. Y en cada una de sus casas hay una particularidad: se tiene como adorno algún vestigio arqueológico de las culturas Valdivia, Manteño-Huancavilca y otras que habitaron la zona por mucho tiempo.

“Aquí medio se excava y se encuentra algo”. Es lo que dice Oswaldo Figueroa, secretario de la comuna, que pertenece a la parroquia Manglaralto.  El panorama lo conoce la Subsecretaría del Litoral del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), que admite la falta de recursos para realizar proyectos y preservar los hallazgos.

Creación de museo
Uno de los proyectos estancados por la falta de dinero es la creación de un museo. Ya está listo el proyecto hace seis meses y, según el INPC, se busca financiamiento para ejecutarlo.

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“La gente tiene cosas antiquísimas en su poder y muchas veces las vende a los turistas en no más de 50 o 60 dólares”. Es lo que recalca Wilson Zambrano, el presidente de la comunidad, quien ha dado charlas a los pobladores para “rescatar nuestra identidad y guardar todas las antigüedades, pero sin resultados”.

Los hallazgos de las urnas funerarias la semana anterior  avivaron el debate del museo, pero es un plan suspendido, admite el dirigente.  Incluso, el directorio de la comuna ha pedido apoyo de la Fundación Oloncito, creada en agosto del 2001. Esta, sin embargo, es una entidad solo de gestión y de fondos limitados.

El Municipio de Santa Elena (el cantón de mayor extensión en la península del mismo nombre) tampoco tiene dinero para financiar la obra. De hecho, en su presupuesto de este año no constan recursos para Olón, población al norte de Montañita y cercana a Manabí, y cuyos habitantes se dedican a las actividades turísticas, el comercio y, en una mínima parte, a la pesca.

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El museo más cercano a Olón es el de Valdivia –en la misma Ruta del Sol– y este, no obstante, tiene infraestructura limitada y sus piezas carecen del respectivo mantenimiento para su conservación.

La intención del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural  es que en Olón se levante uno con las normativas mundiales e incluso se autofinancie con el cobro de entradas a los turistas nacionales y extranjeros que semanalmente los visitan.

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“Actualmente, todo sigue en papeles”, se queja el presidente de la comuna, mientras sus vecinos pegan las piezas que encuentran con cemento de contacto (o el pegamento que tengan a  mano), para así vender los vestigios.