La temporada playera en el balneario de Ballenita del cantón Santa Elena, en la Península del mismo nombre,  se inició recién el fin de semana pasado cuando llegaron varios buses con turistas. Esta situación preocupa a sus moradores, especialmente a los propietarios de los locales de comida y  vendedores ambulantes.

Alberto Soriano, un habitante encargado de controlar el suministro de agua y el uso de baños públicos que utilizan los viajeros, indicó que “es una pena que este sitio, que en una época fue tan conocido, ahora se encuentre abandonado por las autoridades del cantón y que además la Cámara de Turismo no le dé la promoción que necesita”.

Publicidad

Soriano invirtió de su dinero para colocar cuatro retretes y construir con caña y plástico negro los ocho cuartos para ducharse. Allí cobra $ 0,30 por un tarro de agua, y $ 0,25 por usar el servicio sanitario.

Tomas Vergara, vendedor de granizados, sostiene que el negocio es malo y que está obligado a quedarse ahí, junto a otros 30 comerciantes de refrescos, porque en Salinas y otras playas de mayor demanda, los espacios de trabajo ya  tienen dueño.

Publicidad

Por su parte, Soriano solicitó a la Comisión de Tránsito del Guayas una división más equitativa de los buses que ingresan a los balnearios del perfil costanero de la provincia.  “Siempre los concentran en Salinas, Montañita y Olón”, se quejó.

También pidió a la Cámara de Turismo mayor promoción de este punto turístico para que los dueños de hoteles tengan recursos y creen alternativas de diversión nocturna.