Hace dos semanas, los habitantes de este recinto situado en la isla Mondragón (frente a la isla Puná) recibieron dos malas noticias: la primera, que había veda de cangrejo; la segunda, que el único profesor en el pueblo que dio clases por tres años tendría que irse.

Para superar la primera complicación, saben que tienen que esperar un mes; pero para la segunda, el tiempo y la solución son inciertos.

Olmedo Suárez, un sargento de la Armada del Ecuador, cumplió las funciones de maestro unidocente por tres años en la única escuela de Puerto de la Cruz.

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La Armada del Ecuador construyó el plantel con seis aulas hace cuatro años, colocó al primer profesor y pidió a las autoridades educativas que enviaran a catedráticos para los siguientes periodos, pero nunca lo hicieron. Entonces, siguió asumiendo esta labor un pedagogo militar.

Pero este año Suárez debe abandonar la escuela porque debe cumplir funciones operativas para ascender de grado, y la Armada ya no tiene a otro maestro que cubra el puesto.

En la clausura del ciclo de clases, la Armada rindió un homenaje a los niños. Suárez entregó diplomas a los alumnos y habían invitado a un representante de la Dirección de Educación para que conozca la escuela, pero no asistió.

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El desconocimiento de la Dirección de Educación no es una novedad para los 250 habitantes de Puerto de la Cruz. Pedro Solórzano, un padre de familia del recinto, recordó que “desde hace varios años pedimos a la Dirección que mandara a un maestro, y nunca ha venido”.

Suárez comentó que incluso, una vez la Dirección entregó el nombramiento a un profesor, “pero nunca llegó”.

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Ahora la Armada insistirá ante las autoridades de Educación para que designen un profesor en el nuevo año. Mientras tanto, los padres de familia esperan que la veda termine para trabajar, reunir dinero y organizar una delegación que venga a Guayaquil y se reúna con el director provincial de Educación.

El sueño de Diana
Diana Marcial, de 19 años, fue la asistente de Suárez en los primeros años. Le gustaría seguir enseñando a los niños, pero ya que terminó la primaria quiere ir a un colegio. “Quiero ser profesora para venir a enseñar a mi pueblo y que los niños se eduquen y saquen adelante a Puerto de la Cruz”, es el deseo de Marcial.

En Puerto de la Cruz no hay colegio, el más cercano queda en la isla Puná. Otra opción es vivir en Guayaquil donde unos tíos, pero ambas posibilidades significarían gastos para su familia, donde hay once hijos. El padre de Diana es cangrejero y esa actividad le da poco, pero su padre le dijo que hará todo lo posible para que estudie”.