El 65% de partos de Guayaquil se realiza en esta institución de beneficencia, un símbolo de la urbe.
La calma reemplaza a la pesadumbre que había en la mirada de Victoria Ascensio (19 años), cuando despierta y confirma que aún lleva en su vientre a su primer hijo de 7 meses.
Llega a la maternidad Enrique Sotomayor de la Junta de Beneficencia, con desprendimiento de la placenta. Los médicos no descartan la posibilidad de que pierda al niño, pero ella tiene esperanzas.
La mañana del lunes, acaricia levemente su vientre mientras siente que su hijo es un triunfador, y que ella ha llegado, después de recorrer algunos dispensarios, al sitio correcto. “Aquí me siento más segura, porque aquí mi madre dio a luz a mis cinco hermanos y todos salieron bien”, cuenta mientras Mercy Molina, de 35 años, le inyecta un suero para que recupere las fuerzas. Molina también tuvo a su hijo en esta maternidad, donde cada día nacen entre 100 y 120 niños, el 90% de origen pobre.
Publicidad
Como auxiliar de enfermería, Molina lleva quince años de trabajo en el hospicio Corazón de Jesús de la Junta, donde tiene el turno de 23h00 a 07h00. “Somos una familia de la Junta”, dice al expresar que su esposo, Marco Antonio Barahona, labora como enfermero del hospital Luis Vernaza.
Las hijas de Shirley Espinoza (20 años), Cecilia Macías (17) y Flora Medina (21) son tres de los cinco bebés que nacen en promedio cada hora en la maternidad Enrique Sotomayor.
Publicidad
Las tres nuevas madres, provenientes de Flor de Bastión y la vía a Daule, sonríen felices mientras Dayerly, Teresa Elena y Nayla –los nombres que pondrán a sus niñas, respectivamente– se alimentan de sus senos rebosantes.
En la sala Cipriana, también se recupera María Loor Vega, de 63 años, a quien los médicos tuvieron que retirarle el útero. “Llegué con problemas en la vejiga, pero ya estoy bien”, comenta tranquila Loor, quien vino desde el recinto Río Grande de la parroquia Santa Rita de Chone, Manabí.
El llanto de un bebé altera el silencio en la sala Niño Jesús, donde más de 50 neonatos o recién nacidos esperan que sus padres los retiren.
Allí también se recuperan los prematuros o con infecciones respiratorias. El cuarto hijo de Glenda Godoy (19) lleva cinco días, para ella eternos. No se separa de la sala y está pendiente de la lactancia, pero desea que al igual que a Jéssica Vera, la trabajadora social Hilda Lainez le entregue a su hijo para llevarlo a casa.
Del dolor del parto no quedan huellas en el rostro de felicidad cuando Vera toma a su bebé en los brazos y dice: “Se llamará Freddy Marcelo”.
DATOS DE LA JUNTA DE LA BENEFICENCIA
ANTECEDENTES
Creación
La Junta de Beneficencia se creó en 1888. El fundador fue Francisco Campos Coello, cuando se desempeñaba como Presidente del Concejo de la urbe.
Infraestructura
La Junta tiene a su cargo el hospital Luis Vernaza, el pediátrico Roberto Gilbert Elizalde, la maternidad Enrique Sotomayor, el psiquiátrico Lorenzo Ponce, el hospicio Corazón de Jesús, las escuelas María
Luisa de Marillac y Matilde Amador de Santistevan; y, los asilos Bien Público y Calderón Ayluardo.
Presupuesto
Para cubrir con los servicios que ofrece, el presupuesto de la Junta alcanza los 42 millones de dólares anuales. Para ella trabajan 5 mil personas.
LO QUE FALTA
Déficit
La Junta enfrenta constantes problemas económicos. El Gobierno le adeuda 1’600.000 dólares por impuestos. La lotería y las donaciones constituyen la fuente principal de financiamiento. La falta de dinero limita las exoneraciones a las personas pobres.
Sin diálisis
Se restringe la atención a los pacientes que necesitan diálisis, porque los tratamientos para ellos superan los 800 dólares mensuales. La Junta no atiende, ni está en proyecto, a personas enfermas con el virus del sida.
Falta capacidad
La infraestructura médica resulta escasa para asistir a la gran demanda de enfermos. La mayoría debe esperar hasta dos y tres meses para ser operado en el hospital Luis Vernaza.