En Zapotal y algunas zonas de Guayaquil se vende la carne de chivo más exquisita.
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Unos dicen que es afrodisíaco y otros que solamente es de buen gusto al paladar.
La verdad es que quienes visitan el restaurante Chivo erótico en Zapotal, a 140 kilómetros de Guayaquil en la vía a la costa, van a disfrutarlo.
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Este local con catorce años de existencia lo atiende Gloria Navas, oriunda de Manglaralto pero radicada en Zapotal.
Doña Gloria –como cariñosamente le dicen quienes la conocen en esa comunidad peninsular– comenzó el negocio en un local pequeño.
Sin embargo, la fama que adquirió ese suculento plato de comida que personalmente prepara para los clientes, motivó para que se extendiera a otro establecimiento más amplio y que actualmente está cerca del sitio.
A pesar de sus 56 años y después de conocer la receta de memoria, no se cansa de levantarse a las 05h00 para condimentar la carne de chivo y ponerle sabor a la comida como si fuese a servirla en su casa.
No recuerda por qué su esposo le puso el nombre de Chivo erótico al local de comida, pero está segura de que la denominación fue una ocurrencia y nada especial para llamar la atención de las personas que, después de tantos años, dio excelentes resultados porque el negocio es conocido en todo el país.
Para ella, el secreto del sabor está en que el seco es carne de chivo ciento por ciento que lo consiguen en las comunas del sector.
La carne la sazonan con la escasa chicha jora que en muchos hogares se reemplaza por naranjillas, maracuyá o cerveza, de acuerdo con el gusto de quienes lo digieren.
En la novena etapa de la ciudadela Alborada en Guayaquil, en la avenida Isidro Ayora, una carretilla que se coloca de martes a domingo, a partir de las 16h00, en la vía pública, marca la diferencia en el lugar.
El puesto que parece informal sirve de cocina para atender al público que acude para probar la menudencia y la carne de chivo jugosa que se acompaña con una tajada de aguacate al momento de degustarse.
La idea de estacionar una carretilla típica para ofrecer el tradicional plato y otras comidas y de alquilar dos locales para atender a los comensales la concibió Roberto Ramos hace cuatro años.
Ramos jamás imaginó que el seco de chivo que expende lo recomiende el chef Gino Molinari y que tenga entre sus visitas frecuentes al padre Agila y otros personajes conocidos de la televisión y la política.
En este lugar se venden banderas como la chiguata (seco de chivo y guatita) y triple bomba (seco de chivo, seco de pollo y guatita) a 3 dólares cada plato.