La protesta se tornó radical el lunes cuando 5 trabajadores del IESS de Guayaquil comenzaron una huelga de hambre, hoy se sumaron varios más que decidieron desangrarse para que todo el país conozca de sus reclamaciones. Ahora amenazan con crucificarse y hasta coserse la boca.

Es que ya han transcurrido 27 días desde que decidieron paralizar las actividades a nivel nacional para exigir la elevación de los sueldos.

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En Quito la situación no es tan extrema, por eso los empleados solicitaron la intervención del ministro de Trabajo para que, junto a la comisión mediadora formada por varios congresistas, se logre la solución al conflicto.

Ana Herrera, dirigente de los empleados, dijo que para las 15h00 de hoy se prevé una nueva reunión, con la presencia de los dirigentes sindicales, el director del IESS y los miembros de la comisión interventora, en la que se esperan soluciones a tan dilatado proceso.

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Por su parte, el director de la institución, Patricio Llerena, prometió que el alza posible para escuchar los requerimientos de los manifestantes es primero un 20% en promedio de la masa salarial y posteriormente otro valor que incrementarán, pero del que no quiso precisar cifras.

Mientras los diálogos no fructifican y la solución se ve lejana, los afiliados sienten la paralización de áreas de consulta externa, cirugías programadas y la sección administrativa.