Prepotencia, irrespeto y agresividad, son las características de oficialistas. Tienen una buena escuela, piensan que son infalibles y no aceptan contraria opinión. Invitan a dialogar pero, pensamos, ¿será realmente un diálogo, o un monólogo solamente para aparentar?

Acaba de darse un hecho reprochable, vergonzoso, el irrespeto a la máxima autoridad eclesiástica de Guayaquil, lo cual se contrapone a lo que vimos cuando nos visitó el papa Francisco en el mes de julio, donde aparentemente muy sumisos y católicos practicantes, le ofrecieron otra cara de lo que realmente son; hasta se atrevieron a comulgar algunos de ellos. ¿Acaso no recordamos que una de las primeras cosas que hicieron al llegar al Gobierno fue retirar las imágenes de Jesucristo y demás santos en los hospitales del país? ¡Qué hipocresía, qué farsa! (O)

Francisco Xavier Vallejo Iturralde, jubilado, Guayaquil