“No hay tal modelo de desarrollo exitoso en Guayaquil, lo que había es un poder omnímodo que alzando un teléfono ponían de rodillas a los presidentes... como ya no ponen de rodillas al presidente, ya se les acabó la fiesta”. Rafael Correa, 2008.

Como verán la fijación con Guayaquil no es reciente. Siempre han cuestionado su libertad y sobre todo la gestión de su municipalidad, que ha venido siendo llevada por el alcalde Jaime Nebot desde el año 2000. Nebot fue reelegido por cuarta vez el #23F de este año, y de esa forma la ciudadanía le dio un rotundo NO a la revolución ciudadana, que apostaba con quedarse al mando de esta ciudad.

¿Pero cuál es el problema con Guayaquil? Contrario a las palabras pronunciadas por el presidente, ¿pudiera ser que la raíz de todo sea el hecho de que el Cabildo no se ha arrodillado ante este Gobierno y su centralismo? ¿Serán los logros que alcanza la administración de su Municipio? ¿O tal vez porque a su alcalde la gente acude por voluntad propia y multitudinariamente a oírlo, sin que lleven buses llenos de gente, sin ofrecer sanduchitos y bebidas?

La respuesta solo la tiene el que posee aquel sentimiento negativo hacia nuestra querida ciudad. Ya han sido muchas las ofensas hacia la Perla. Y el alcalde Nebot, representante de la ciudad, es quien recibe los ataques por ella, porque saben que al ir por el alcalde van por Guayaquil. Y Nebot no se deja porque él es un hombre que defiende a su ciudad y a los guayaquileños. Es uno de los pocos que no dudan en responderle al líder de forma directa y con argumentos válidos. Sus respuestas no son producto de un hígado resentido, ni de un corazón lleno de odio.

La última ofensa hacia nuestra ciudad y su alcalde fue la orden de detención del juez Wilson Merino en contra de Nebot por no acudir a atestiguar a la audiencia del caso Las Dolores. Y aunque luego se retractó Merino, queda la duda en la mente de los guayaquileños de que esta no haya sido una “movida” calculada. Al final, Nebot fue citado oficialmente a dar su testimonio, se presentó el pasado lunes, y un gran grupo de ciudadanos lo acompañó.

Algunos luego de leer esta columna pueden pensar: “Pero esta señora Escobar es 100% Pro-Nebot”. No niego que simpatizo con la gestión del alcalde y su actitud frente a la prepotencia del Gobierno, pero por encima de eso soy 100% ¡Pro-Guayaquil! ¡Prolibertad! ¡Prodemocracia! Sé que hay gente que quisiera que Nebot reconsiderara una candidatura presidencial o que también le gustaría que reaccionara ante otros abusos y atropellos que se cometen contra otros ecuatorianos y otras cosas más. Pero creo que a pesar de cualquier diferencia o crítica, en este momento Guayaquil y Nebot necesitan el apoyo de todos.

Más que nunca los guayaquileños debemos estar muy, muy atentos. Y ojo, no hay que nacer en Guayaquil para ser guayaquileño, solo hay que amar a esta ciudad, pero sobre todo sentir la sangre guerrera, rebelde, independiente y libre de José Joaquín de Olmedo, José de Antepara y José de Villamil.

¡Todos somos Guayaquil, todos somos Ecuador!