Cuando una de las juezas del programa Ecuador tiene talento se burló de un joven que participaba con un pavo, diciéndole “el pavo es autista”, me quedé atónito, fue desconcertante. ¿La humillación tiene talento y viene en el mejor horario familiar de la televisión?

¿No podía simplemente decir no, y nada más? Luego vino el reclamo y las disculpas también. En el siguiente programa volvió a escucharse el mismo tono para un participante, lo que originó hasta el reclamo mesurado de otra de las juezas. ¿La grosería es éxito? A esa empresa le hago notar que si exigimos respeto tenemos que aprender a dar respeto; me refiero a que si decidió suspender una cadena en la que se ofendía a un venerable ciudadano ahora récord mundial, no es capaz de exigir que presentadores demuestren en los hechos que son capaces de no caer en los mismos excesos ofensivos que están criticando.

Duglas Rangel Donoso, Guayaquil