Se teme por caza o envenenamiento a animales de fauna silvestre en cantones de Cotopaxi, tras ataque a ovejas

Hay dos fenómenos que pasan por separado en la parte occidental de la provincia de Cotopaxi, en los cantones Saquisilí, Sigchos y Pujilí, en donde ha habido muertes de un número que aún no se conoce con exactitud de animales ovinos (ovejas) como consecuencia de ataques de perros ferales y perros asilvestrados. Incluso se ha barajado la hipótesis del ataque de un puma.

Así expone Ángel Yánez, investigador de la fauna silvestre de la Fundación Oso Andino.

Él está preocupado porque observa que la gente de las comunidades sale a dar con los perros que atacarían a las ovejas, pudiendo poner en práctica hechos que terminarían causando la muerte de fauna silvestre como el oso, el puma o el lobo.

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Si la gente va y pone veneno (como todavía se suele hacer) es posible que se termine matando a animales que no son los causantes del ataque a las ovejas, como los cóndores. Esto último sucedió hace algún tiempo.

Yánez dice que cuando hubo las muertes de ovejas en Sigchos y Saquisilí, se trasladó al lugar para colocar una cámara trampa y ver cuál era el animal que atacaba.

Por la forma de ataque se sabía que eran perros, cuenta. Y aquello se confirmó con las pruebas que se hicieron.

A él le preocupa que por las “noticias alarmistas” que se publican se genere un caos y problema con la gente que empieza a buscar opciones para matar a los perros.

“Lo que puede pasar es que por el miedo o el pánico se busque ir a matar al primer animal que se encuentre y pueden pagar víctimas inocentes, sobre todo lo que es fauna silvestre”, comenta.

Este investigador cuenta que en la parte oriental de Cotopaxi, en la parroquia Alaquez, cantón Latacunga, trabaja la fundación en la que está, porque ahí han aparecido unos pumas que también han ocasionado pérdidas a las familias por los ataques a los animales de la zona, desde hace aproximadamente dos meses.

Por esto último se hace el seguimiento y monitoreo respectivo, con la colocación de cámaras trampas, con el fin de saber el comportamiento de estos animales.

El puma, dice, es un depredador por excelencia, un carnívoro. A estos animales se los cataloga como oportunistas, ya que cuando percibe que otro animal puede ser alimento fácil, este lo ataca y lo consume. Esto no significa que sea peligroso o un monstruo como se lo hace ver. Es simplemente su naturaleza.

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Por esto se trabaja con representantes del Ministerio del Ambiente, con el Municipio de Latacunga, con la junta parroquial de Alaquez, con directivos de las comunidades y con la gente, para que se mejore la forma de cuidado de los animales domésticos y se conozca el manejo en los páramos, para que la población no suba por encima de la frontera agrícola, como suele ocurrir.

También asevera que se trabaja en un plan de compensación con la entrega de víveres, ropa, insumos, algún tipo de seguro para las familias que han tenido pérdidas debido a los ataques.

Esto permitirá precautelar la vida de la fauna silvestre, además de dar tranquilidad a la comunidad. Él espera que a largo plazo se dé un proceso de convivencia armónica entre estos grupos. (I)