La cancha principal de fútbol y básquet del convento religioso de la parroquia Pifo tiene montañas de arena, se mantiene suspendida. El sueño por construir un coliseo nació de una plática entre el párroco y los habitantes, quienes mantienen la expectativa puesta en que esa idea se convierta en una realidad.

Tienen todo un proyecto, valorado aproximadamente en $ 300.000. Sin embargo, se han planteado una primera meta, construir la cubierta y los graderíos, valorado en un monto cercano a los $ 120.000.

Con ilusión, Jorge Raúl González, párroco de la iglesia de Pifo, comenta que ya tienen construidas las bases, con una estructura de hormigón y varilla se puede ver el camino, rodeando la cancha de pavimento.

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Ese es el inicio de un sueño, explica, pues todo nació debido a que la parroquia es un espacio que aglutina a 16 comunidades, que sumadas a los barrios centrales suele tener un aproximado de 20.000 personas, de estas, alrededor de 800 son niños que forman parte de la catequesis.

Por esta razón vieron la necesidad de un lugar que permita realizar la serie de reuniones, misas campales, ferias, encuentros deportivos, entre otros, y asimismo resguardar a las personas del sol o la lluvia.

“Con el pueblo hemos logrado recaudar unos $ 31.000 y ahora queremos tocar las puertas de instituciones, del Municipio y de todos los espacios que puedan sumarse a este proyecto”, expresa el religioso mientras camina por el lugar.

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Mientras camina por el terreno en el que varias generaciones han crecido haciendo deporte, puntualiza que se han inventado de todo para recaudar fondos, esto ha permitido que el contacto con la comunidad haya mejorado, porque todos suman esfuerzos.

Uno de los proyectos que tienen actualmente es “Sebitas”. en honor al patrono de la parroquia, san Sebastián. Este, según explica González, es un sistema para captar contribuciones de los habitantes y en agradecimiento se sorteará un vehículo al final del año.

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Pedro Chinchero, habitante de la parroquia, recuerda que junto con sus amigos tienen una serie de historias del convento de Pifo, pero que nunca les se pasó por la cabeza la construcción de un coliseo, aunque resulta tan necesario.

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“Es un sueño de todos los parroquianos tener un lugar donde lleven una serie de proyectos y eventos. Este es un legado que queremos dejar a nuestras próximas generaciones”, dice el poblador.

Los boletos se venden en la secretaría del convento, estos tienen una raspadita que también permite ganar premios a los contribuyentes.

Además, existe otro proyecto, se trata de una especie de apadrinamiento del coliseo. Las familias podrán hacer un donativo y su nombre o el de su familia formará parte de una placa de reconocimiento, la que será develada en la inauguración.

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El coliseo deportivo de la parroquia se encuentra actualmente cerrado, por un problema con el contratista que estuvo a cargo de la remodelación del lugar, y ni el Municipio capitalino ni el GAD parroquial han dado una solución.

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Esto aumenta la necesidad de un lugar que concentre a los ciudadanos y les permita realizar distintos tipos de deporte, así como un lugar de encuentro, cultura y concentración para realzar las tradiciones que todavía se conservan en este sector.

Es así como los habitantes ven con buena cara el proyecto que ha unido a la iglesia católica, la comunidad y espera por la llegada de empresas o instituciones que aporten con la construcción. (I)