El reciente desabastecimiento de agua potable que sufrió Guayaquil a día seguido, por efecto del derrame de 42 galones de búnker en el río Daule, activó las alertas respecto a cuál sería el escenario si la contaminación fuese más crítica y, en consecuencia, el déficit de agua alcanzara niveles alarmantes.

Francisco Alarcón, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, se pregunta cuál sería el plan B si quedara inoperativa la planta La Toma, de Interagua, ubicada en el km 26,5 de la vía a Daule, refiriéndose a las dos veces que la concesionaria estuvo obligada a detener la captación de agua, por ende la potabilización y, a su vez, el bombeo de agua para la ciudad y usuarios en zonas de Nobol, Durán y Samborondón.

El martes 21, a las 12:00, La Toma cesó operaciones, según Ilfn Florsheim, gerenta de Comunicación de Interagua.

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Dos horas después no había agua en zonas de Guayaquil. El suministro empezó a normalizarse antes de las 23:00, al intervenir Petroecuador colocando barreras absorbentes en el lecho del río. La contaminación tuvo origen en la fábrica Balsasud, en el km 24, hoy clausurada. Pascual del Cioppo, presidente de la Junta Directiva de esta compañía y dirigente del Partido Social Cristiano, alude a un “error humano”.

Alarcón expresa que la operación de las industrias está sujeta a la presentación de planes ambientales ante la autoridad competente. En el caso de Guayaquil es el Municipio, cita, y agrega que, además, muchas impulsan iniciativas ecológicas. Menciona que la empresa responsable del vertido de búnker no está afiliada a la Cámara.

Inés Manzano, abogada ambientalista, habla de una carencia de control a fábricas ribereñas. “¿Cuál era el plan ambiental que tenía aprobada (la empresa que originó la contaminación)? Puede haber derrame, pero hay medidas ambientales”, subraya aludiendo procedimientos en el caso del búnker.

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Al menos hay 20 fábricas entre Pascuales (km 14) y Puente Lucía (km 27), en la franja de La Toma. Y ello va en aumento.

Florsheim sostiene que el riesgo de una descarga contaminante no está supeditado a la cifra de industrias circundantes, sino que se minimiza con el control interno y externo. “En Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, los sistemas de captación están en zonas de industrias”, alega, y agrega que en años de operaciones no se habían registrado novedades.

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¿Qué pasaba si la producción de agua potable se detenía más tiempo y el desabastecimiento era crítico?, ¿hay un plan B? Florsheim menciona que como contingencia se pediría ayuda a cantones vecinos, con abastecimiento a través de tanqueros.

Pero si eso no es suficiente, Florsheim asegura que como sucedió en el terremoto, ante la emergencia habría una respuesta solidaria proveniente del resto del país.

Al día, Interagua produce 1’000.000 de m³ de agua, que es prácticamente lo que demandan sus usuarios. Tiene reservorios que cubren entre el 20% y 25% de esta producción.

Florsheim sostiene que esos sistemas de almacenamiento se los construye a la par del crecimiento demográfico. “Tanto así que Flor de Bastión tiene tres reservorios”, remarca.

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El Municipio, tras clausurar Balsasud, remitió un informe a la Fiscalía considerando acciones legales bajo la figura de delito ambiental.

De parte del Ministerio del Ambiente, en abril pasado, dispuso la suspensión de actividades de dos empresas que operan en la vía a la costa, por sus descargas al estero Salado.

A ambas entidades este Diario solicitó información respecto a controles recientes a las industrias que operan en las riberas del río Daule. La respuesta está pendiente. (I)