Defendió con total insistencia sus propuestas de ley y rechazó enfáticamente el anunciado paro nacional. El presidente de la República, Rafael Correa, aprovechó su saludo a Guayaquil, por los 480 años del proceso fundacional, para remarcar en su discurso de este sábado los logros de la Revolución Ciudadana ante los centenares de ciudadanos que llegaron a las afueras de la UVC La Florida, al norte de la ciudad, donde se desarrolló la sesión solemne popular del Gobierno central.

Correa empezó su discurso reconociendo, desde el escenario, los edificios del complejo judicial "más grande del país", una obra "impensable hace pocos años". Pero también hizo un recuento de las obras en ese populoso sector guayaquileño: "Hay más, está Socio Vivienda, Ciudad Victoria, los colegios réplica Vicente Rocafuerte y Aguirre Abad".

"En nuestro gobierno, la transferencia de recursos para Guayaquil ha sido de largo la más grande de la historia. Algunos opositores dicen que somos suertudos porque hemos gozado de los más altos costos del petróleo (...). En los ocho años de la Revolución Ciudadana hemos transferido a Guayaquil cerca de 2 mil millones de dólares y a eso debemos sumar las inversiones directas y otros rubros de ley", señaló.

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Dijo que la Florida es el reflejo de lo sembrado en los ocho años de gobierno. "Aunque falta mucho por hacer. Los pobres están mucho menos mal que antes, pero nada justifica las tremendas inequidades que aún vemos en Guayaquil, en el país", dijo como preámbulo a su siguiente tema: los proyectos de ley de impuestos a la herencia y plusvalía.

"Todos trabajamos por nuestros hijos, pero aquellos que fueron un poco más afortunados que dejen un poco para los eternamente desheredados. La ley de Redistribución de la riqueza, que hemos retirado temporalmente para evitar la serie de protestas, se aplica en muchos países del mundo. Una ley de herencias, muy común en muchísimos países, resulta que aquí es para atentar contra nuestras familias. Toda excesiva acumulación de riqueza es injusta, es inmoral", expresó el mandatario.

Afirmó que hasta ahora la oposición no le ha podido demostrar que sus propuestas de ley afectarían realmente a la mayoría del pueblo y volvió a invitar a que se diga si perjudica "a la inmensa mayoría", pues se mantuvo en que "afectaría solo al 2%" de los ecuatorianos. "El impuesto a la herencia no afecta a 98 de cada 100 ecuatorianos y solo pagan algo quienes reciben herencias que superan 100 salarios unificados ($35.400). ¡Basta de engaños!", manifestó.

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Deseamos el buen vivir de los desheredados de siempre. Jamás tomaremos medidas que afecten a las grandes mayorías, a los pobres, como hacia la partidocracia".

Impuesto a la plusvalía

Continuando su discurso, el mandatario dijo que la ley de Plusvalía, de aprobarse, servirá para gravar impuestos a las ganancias extraordinarias y a partir de la segunda venta, no de la primera. "Este impuesto no es para ricos ni para pobres, es básicamente para especuladores. En Guayaquil ha habido especuladores que en algunos casos se enriquecieron en su calidad de autoridades", acotó.

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Explicó que ahora "los de siempre" hablan en defensa de la familia pero que en realidad es para defender intereses personales. Contó que hay oposición a sus propuestas porque los proyectos de ley se aplicarán incluso a bienes que estén "a nombre de fundaciones de Panamá", acción que han tomado "algunos alcaldes" para no pagar impuestos. "Quien evada impuestos, que vaya a la cárcel", finalizó sobre este punto.

"Banqueros" y el paro

El mandatario arremetió sobre "ciertos banqueros retirados", sin dar nombres, por ganar $ 70 mil por mes, lo que ganaría un obrero trabajando toda su vida. "Eso es con lo que queremos terminar, compañeros... ¿Podemos llamar a eso democracia? ¿Cómo pueden dormir tranquilos? Mientras existan estas lacerantes desigualdades no podemos hablar de democracia. Algo tiene que cambiar profunda y radicalmente, revolucionariamente", dijo Correa.

A la vez, desestimó el paro propuesto por la Conaie y la FUT para el próximo 13 de agosto. Exhortó que ese día "trabajemos más que nunca". Y agregó: "El Ecuador de hoy no es el de los paros, el de las marchas, el de la destrucción. Es el Ecuador de la alegría, de la revolución".

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Su discurso, de casi una hora, se prolongó hasta alrededor de las 19:20. Y finalizó diciendo: "Seguiremos construyendo una patria sin opulencia, pero sin miseria".

Una mesa de altos funcionarios

El presidente Rafael Correa compartió la mesa directiva de la sesión popular con los más altos funcionarios públicos de la provincia del Guayas y del país, como la segunda vicepresidenta y la presidenta de la Asamblea, Marcela Aguiñaga y Gabriela Rivadeneira; el gobernador Julio César Quiñónez, el vicepresidente Jorge Glas, Gustavo Jalkh, titular del Consejo de la Judicatura; y Jimmy Jairala, prefecto del Guayas. El presidente, al inicio de su discurso, saludó a Viviana Bonilla, "una promesa política" que no pudo asistir por su "avanzado estado de gestación".

Los funcionarios, al inicio de la sesión, entregaron reconocimientos a deportistas, dirigentes comunitarios y artistas. También acompañaron el momento musical con el canto de pasillos como Guayaquil de mis amores y Nuestro Juramento. (I)