Un hombre nacido en Chicago, que desapareció hace tres décadas cuando su padre lo llevó siendo un bebé a México, se reunió con su madre estadounidense en California después de un angustiante viaje de vuelta a Estados Unidos.

David Amaya Barrick, que hoy tiene 37 años, fue arrestado por agentes de la Patrulla Fronteriza el mes pasado pero luego fue liberado cuando convenció a las autoridades de que tenía nacionalidad estadounidense. El hombre desapareció de nuevo por varios días y luego apareció en una iglesia de San Diego.

Madre e hijo finalmente se reunieron el pasado fin de semana por primera vez desde que el entonces bebé desapareció en 1979, para darse cuenta que tienen los mismo ojos y nariz, comparten la misma risa y ambos aman las camisas a cuadros, incluso aunque ya no tienen un lenguaje en común.

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"Tenemos que ponernos al día", dijo Kathy Amaya, de 60 años, el domingo entre lágrimas después de que los dos se encontraran en el aeropuerto internacional de San Diego, a donde la mujer llegó desde Wisconsin. "Vamos a hacer eso".

La Patrulla Fronteriza dijo que Amaya Barrick fue llevado en 1979 por su padre de Chicago a México, donde fue dejado con sus abuelos paternos con los que sólo hablaba español.

Más tarde estudió percusión y se mudó a Monterrey, donde hizo carrera tocando en bandas de música norteña. Se casó y tiene dos hijos, aunque su matrimonio no funcionó.

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El mes pasado, cruzó ilegalmente hacia California desde México con inmigrantes indocumentados y fue arrestado por la Patrulla Fronteriza. Al principio dijo que era mexicano, luego recordó que sus abuelos le dijeron que nació en un hospital de Chicago.

También les dijo a los agentes fronterizos que fue golpeado y le robaron su dinero, celular y su identificación mexicana antes de entrar a Estados Unidos.

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Los agentes chequearon su historia y lograron ubicar su certificado de nacimiento y a su madre, a quien pusieron en línea en una emotiva llamada de larga distancia. Como Amaya Barrick sólo habla español, los agentes actuaron como traductores.

"Fue muy emotivo", dijo el agente supervisor Troy Matthews. "Le dijo a ella que de chico le habían dicho que su madre lo había abandonado".

El martes los dos volarán a Wisconsin, donde el hombre conocerá a tres hermanos y una hermana.

"Pasaremos el Día de Gracias con tanto que agradecer", dijo Amaya. "Tenemos la misma sangre", sostuvo, "podemos resolver el resto".

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