Cuando un padre no quiere reconocer a su hijo adulto, cómo afecta y qué hacer para sobrellevarlo

Tengo 36 años, soltero, vivo la misma experiencia que vivió mi padre, el no reconocimiento de su padre biológico. Mi padre nació en 1960 y recién en el año 1978 fue reconocido por su padre. Yo nací en 1987 y aún estoy peleando legalmente por el reconocimiento de mi padre biológico. ¿Cómo se llama esto que me pasa y cómo me pueden ayudar? Quedo muy agradecido.

Xavier

Xavier, es difícil entramparse en la lucha del reconocimiento biológico, primero porque el hijo se siente negado, y eso es duro... Pero volviendo al pasado, hay que establecer las circunstancias en las que se dio este negativo acontecimiento.

Puede o debe ser inmadurez de los actores, que por motivos indistintos la madre no pidió el reconocimiento inmediato, por miedo, vergüenza, amenaza o alguna otra razón. Hoy, con pruebas químicas de paternidad, se hacen más fácil los reclamos de legitimación.

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Importante para la mayoría, sino para todos, establecer este vínculo filial. No sé los inconvenientes que se unen al caso. Psicológicamente no sé si su mamá se unió o casó con alguien y pudo tener usted un sustituto.

Para traer hijos hay que conformar un acuerdo de amor, respeto y responsabilidad de los que serán padres, pues a los hijos hay que darles contención (...). Y endurecer las leyes frente a los que abandonan sus deberes paternales con tanta facilidad.

Paquita Brito Clavijo

Usted está en su derecho de ser reconocido. Pero el estrés al que se somete es muy fuerte. Por un lado, la lucha por ser aceptado, y otro, por pertenecer a un grupo hasta hoy negado.

Ser y pertenecer.

Por otro lado, cómo pedirle a su padre que acepte la culpa de haber dejado abandonado a un hijo y, por ende, a la madre. Cómo demostrar que este abandono tiene que ser remediado con la aceptación y la adjudicación del nuevo apellido.

El proceso es externo e interno. Es una espera desesperada, a veces como volver a nacer, con la diferencia de que el parto antes era materno y hoy es del hijo. Sufrir para ser, sufrir para ser querido, deseado, incluido.

Sería bueno apoyarse en una terapia. Y resaltar que la madre hizo todo por tenerlo y criarlo.

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Pero me permito inscribir esta lucha en la conciencia de los jóvenes o adultos, para que interioricen que para traer hijos hay que conformar un acuerdo de amor, respeto y responsabilidad de los que serán padres, pues a los hijos hay que darles esa contención que es importante en la vida de todo ser humano. Y endurecer las leyes frente a los que abandonan sus deberes paternales con tanta facilidad.

Suerte, Xavier.

Paquita Brito Clavijo

psicóloga y terapeuta especializada en Francia