En Guayaquil existen 90 docentes de apoyo a la inclusión que trabajan con estudiantes que tienen necesidades educativas especiales específicas asociadas o no a la discapacidad. En la Zona 8, que corresponde a Guayaquil, Durán y Samborondón, suman 104.

Dentro de los estudiantes asociados a la discapacidad están los que tienen carné homologado.

Mientras que en los no asociados están los perfiles con presunción de autismo y de síndrome de Asperger, con dificultades cognitivas y visuales e incluso en situaciones de vulnerabilidad. Estos casos los suelen detectar el personal docente de las instituciones educativas de acuerdo con su comportamiento.

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Los ‘maestros sombra’: en Guayaquil hay 90 docentes que trabajan detrás de la pizarra con estudiantes con necesidades educativas específicas

Los docentes de apoyo a la inclusión ejecutan sus labores no solo con los estudiantes, sino también representantes legales y otros actores de la comunidad educativa.

Ellas trabajan “detrás de la cortina” junto a las docentes de cabecera y su labor se enfoca en dotar de herramientas para que el alumno desarrolle habilidades y destrezas al igual que los estudiantes regulares.

Pero, ¿cómo se identifica a este tipo de estudiantes? Ahinara Jiménez, quien pertenece a la Unidad Distrital de Apoyo a la Inclusión de la parroquia Ximena 2, explica que entre los primeros comportamientos que se detectan en estos alumnos está que la mirada esté dispersa, que no preste o se le dificulte prestar atención dentro de la clase y esté en constante movimiento.

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Es allí cuando la docente de apoyo deriva a ese estudiante a la Unidad Distrital de Apoyo a la Inclusión (UDAI) y esta hace una evaluación psicopedagógica para determinar en qué tipo de perfil de necesidad educativa se enmarca y cómo se va a trabajar con el estudiante para que tenga un mejor desempeño durante el año escolar.

Las docentes de apoyo, incluso, brindan acompañamiento a los representantes durante las primeras revisiones y evaluaciones.

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Jiménez explica que, al menos en el distrito Ximena, todas las instituciones están adecuadas para recibir a un niño con discapacidad. En la Zona 8 son 650 instituciones educativas de sostenimiento fiscal las que cuentan con docentes de apoyo.

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En el caso de que el padre de familia conoce que su hijo tiene una necesidad especial o está carnetizado, se le hace una entrevista para conocer el tipo de discapacidad que tiene el niño. Ahí se da el primer seguimiento.

En el momento de la inscripción para el inicio del año escolar, este grupo de padres debe colocar que el menor tiene una discapacidad en la página Juntos por la Educación. Solo en el caso de que la institución a la que va a acceder no tiene cupo, se deriva a una cercana.

¿Cuál es el perfil de un docente de apoyo a la inclusión?

El Ministerio de Educación detalla que los docentes de apoyo a la inclusión cumplen con un perfil determinado. En su formación de tercer nivel obedecen a especialidades como Educación Especial, Psicología Educativa, Psicopedagogía, Psico rehabilitación o Pedagogía Terapéutica.

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Y, de contar con cuarto nivel, están en las ramas de Educación Especial, Educación Inclusiva e Intercultural, Educación en Inclusión Educativa y Atención a la Diversidad.

Los docentes de apoyo a la inclusión ejecutan sus labores con los estudiantes con necesidades educativas específicas asociadas o no a la discapacidad, representantes legales y otros actores de la comunidad educativa. (I)