Los hospitales públicos concentran más de la mitad de las compras de medicamentos que contienen fentanilo, una droga potente para pacientes en las unidades de cuidados intensivos o que padecen enfermedades terminales. En el periodo 2021 - agosto del 2023, la Empresa de Manifiestos ha registrado la importación de $5,3 millones en dosis de fentanilo, la mayor parte ($ 4,5 millones) en 2021. En 2022 la cifra bajó a $ 872.274, mientras que este año no se han registrado importaciones.

Del total importado en los últimos tres años, el 53 % corresponde a adquisiciones realizadas por los centros de salud del Estado, lo que equivale a una inversión de $ 2,8 millones, según una revisión de las compras reportadas ante el Servicio de Contratación Pública, Sercop hasta el pasado 25 de octubre.

Entre las entidades que han adquirido este fármaco constan, por ejemplo, los hospitales del IESS como el Teodoro Maldonado Carbo, Sur de Quito, General de Manta, Quevedo, Riobamba; del Ministerio de Salud (MSP) como el Eugenio Espejo, Abel Gilbert Pontón, pediátrico Baca Ortiz, Gustavo Domínguez, o las coordinaciones zonales del MSP. También han comprado dosis de fentanilo para sus pacientes los hospitales de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas.

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Una de las compras más recientes la realiza actualmente el hospital de Especialidades Portoviejo, del Ministerio de Salud, que busca comprar el “medicamento anestésico opiode fentanilo líquido parenteral o,o5 mg/ml que actúa sobre el sistema nervioso, para brindar tratamiento a los pacientes”. El monto de la inversión suma $22.600 y la compra se encuentra en la etapa de convalidación de errores.

La posibilidad de la curación absoluta no siempre es tangible, por lo tanto, el beneficio se puede calcular por el incremento en la calidad de vida que logran las personas enfermas. Esto es mucho más relevante si se trata de menores de edad o pacientes mayores de edad, cuya minusvalía representa un alto costo social. La acción de un fármaco propicia condiciones físicas que permiten elevar esa calidad de vida

Justificación del hospital de Especialidades Portoviejo para la compra del medicamento.

El anestésico fentanilo se aplica básicamente para combatir el dolor en pacientes que padecen enfermedades crónicas, como paliativo para los malestares. “La relación costo-beneficio del tratamiento farmacológico es altamente positiva, el beneficio más importante se adquiere en la calidad de vida que se logra (...). Producir un incremento sustancial en la calidad de vida de sus miembros con la magnitud que aquí se evidencia, justifica plenamente un gasto del presupuesto asignado.

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La mayor cantidad de fentanilo que se adquiere, según los registros del Sercop, corresponden a fentanilo sólido ($ 1′077.032), le sigue fentanilo líquido ($ 990.151) y en tercer lugar la presentación de parches ($ 324.550), entre otras. A fines del 2020, por ejemplo, el hospital Teodoro Maldonado Carbo, del IESS, compró parches de fentanilo por $ 324.550, contrato que fue adjudicado a la distribuidora farmacéutica Diempec Cía. Ltda. La compra de estos parches, de uso transdérmico, correspondió al último cuatrimestre de ese año.

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Diempec figura entre los nueve contratistas públicos junto a Ferbovasa, Cristalia del Ecuador, Laboratorios Chalver, Fresenius Kabi, Gykormed, Pharmedic, Johnson & Johnson y B. Braun Medical. De estos proveedores, solo Fresenius Kabi y B. Braun Medical constan como importadores de fentanilo. Otros importadores son los laboratorios Sanderson y Biosano.

Las provincias con mayor adquisición son Guayas, con $ 812.379 y 30 contratos, Pichincha con $ 984.683 y 44 contratos; Azuay con $193.363 y 14 contratos; Manabí con $ 214.580 y 16 contratos; El Oro con $ 100.280 y 6 contratos; Tungurahua con $ 113.834 y 7 contratos. (I)