Los goles del delantero ecuatoriano Enner Valencia clasificaron a semifinales de la Copa Libertadores 2023 al Internacional de Brasil, que derrotó 2-0 (3-0 en el global) al Bolívar de Bolivia este martes en Porto Alegre.

Autor de los tres tantos de la serie de cuartos de final, el capitán de Ecuador fue vital para que los ‘colorados gaúchos’ disputen su primera semifinal de Libertadores en ocho años.

El atacante liquidó a los bolivianos con un zurdazo, en el minuto 11, y un derechazo, en el 60, que hicieron estallar de júbilo al atestado estadio mundialista Beira-Rio (49.137 espectadores).

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El ecuatoriano, de 33 años, anotó el tanto de la victoria 1-0 en la altura de La Paz, la semana pasada. Y también marcó en la llave de octavos, donde Inter eliminó a uno de los favoritos al título, el River Plate de Argentina.

“Es un paso muy importante el que estamos dando, pero esto no se acaba aquí”, dijo tras convertir a su equipo en el primer semifinalista de la Libertadores 2023.

Con el deber cumplido esperará junto a sus compañeros al rival en semis, que saldrá del ganador entre Olimpia y Fluminense. Paraguayos y brasileños, que se impusieron 2-0 en Rio de Janeiro, chocarán el jueves en Asunción.

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A puro gol Valencia responde a las expectativas que generó su fichaje en junio por el cuadro de Porto Alegre, que sueña con ganar su tercera Libertadores, tras las alzadas en 2006 y 2010.

El DT argentino Eduardo Coudet lo ha mantenido titular pese a que en el Brasileirao, donde Inter (14º) está más cerca del descenso que de la punta, se ha ido en blanco en siete cotejos.

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Le encargó la posición de centrodelantero, en la que es alimentado por hombres de buen pie como Mauricio, Wanderson y Alan Patrick.

Fue Wanderson quien, en el arranque del duelo, recibió una mala entrega del defensor boliviano Bryan Bentaberry y comandó un contragolpe veloz.

El mediocampista se adentró en las 18 por entre dos rivales, que le facilitaron el paso, antes de cruzar la pelota al punto del penal, desde donde Valencia fusiló al portero Carlos Lampe.

La ventaja llenó de confianza a unos colorados que desde el inicio del juego buscaron sepultar a la Academia, comandada por el español Beñat San José.

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Los brasileños formaron un bloque sólido en el medio campo, listo para aprovechar cualquier error en la salida de Bolívar, que apenas inquietó al portero uruguayo Sergio Rochet, de papel destacado en los partidos anteriores.

La mayor incomodidad padecida por los locales no provino de la artillería boliviana, sino de una paralización de siete minutos en el final del primer tiempo.

El juez uruguayo Esteban Ostojich detuvo el cotejo durante ese lapso, debido a que los jugadores de ambos equipos sintieron los efectos de gases lacrimógenos lanzados por la policía para controlar desórdenes afuera del estadio.

Inter, en la segunda parte, buscó con más ambición el pórtico de Lampe. El cambio de estrategia por poco tiene una recompensa precoz, en un disparo cruzado de Mauricio (55) que pasó rozando el arco.

Pero el destino quiso que Valencia apenas compartiera el protagonismo de la noche con la otra figura colorada de los mata a mata: Rochet.

El charrúa atajó un penal al chileno Ronnie Fernández (85) en la recta final del juego, minutos después de que el ecuatoriano había hecho de las suyas de nuevo.

Esta vez, antes de desenfundar un derechazo inatajable para Lampe, enganchó hacia afuera para desubicar al central argentino Nicolás Ferreyra y subir al Inter al bus de la semifinal. (D)