El Chelsea ha renacido. Tras una temporada con sus más y sus menos, Mauricio Pochettino parece haber dado por fin con la tecla. Tres partidos sin conocer la derrota, con goleada incluida (ante el West Ham) y dos sin encajar goles. Sin Enzo Fernández, recuperándose tras ser intervenido por una hernia, Moisés Caicedo ha tenido que dar un paso al frente para comandar la sala de máquina Blue. En los dos partidos sin su compañero de baile habitual, el ecuatoriano ha brillado con luz propia.

La primera temporada de Caicedo en Stamford Bridge está a punto de acabar en un más que aceptable notable. Titular indiscutible desde casi el primer día, el desorbitado peso pagado por el jugador supuso que cada actuación fuera mirada con lupa. Carne de meme en sus errores, muy puntuales, pero a la vez graves, Caicedo ha sabido reponerse de los golpes haciendo oídos sordos a las críticas, tanto de la propia afición Blue como de los aficionados de otros equipos.

El nuevo líder del Chelsea

La lesión de Enzo Fernández, mariscal de Pochettino en el centro del campo, supuso un golpe duro en la moral del equipo, pero del que rápidamente se recuperó. El técnico replanteó su esquema para poder darle galones a ‘Moi’, adelantando la posición de Cucurella para incorporarse a la salida de balón como interior y acercando a Cole Palmer como enganche para dotar de más opciones en la creación para el de Santo Domingo. La apuesta de ‘Poch’ ha dado un rédito inesperado en Stamford Bridge.

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Ante el West Ham, Caicedo cerró una de sus mejores actuaciones de la temporada. Más libre, más seguro de sí mismo y con más peso en un equipo que se dejaba llevar por su visión y pase (92% de acierto). El ecuatoriano salió del feudo Blue como uno de los mejores del equipo, 83% de efectividad en los balones largos y 43% de duelos ganados, coronando la tarde con la asistencia del quinto gol para cerrar la ‘manita’. (D)