Víctor Ephanor, el mejor número 10 de Barcelona SC en la historia, según la inteligencia artificial

Víctor Ephanor aterrizó en Guayaquil al mediodía del martes 8 de febrero de 1977, contratado por Barcelona SC como refuerzo para la campaña de ese año. En el antiguo aeropuerto Simón Bolívar al brasileño solo lo esperaba el licenciado Liborio Romero, gerente del club canario. Tras abandonar la terminal aérea, Ephanor hizo una rápida escala para instalarse en el Rizzo Hotel (Clemente Ballén y Chile) y luego, de inmediato, viajó rumbo a Salinas para unirse a la pretemporada, bajo las órdenes del técnico uruguayo José María Chema Rodríguez.

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En el arribo del brasileño no hubo ceremonias pomposas, como las que se arman hoy en el aeropuerto para darle la bienvenida a cualquier jugador. No hubo aficionados gritando histéricamente, tampoco una rueda de prensa improvisada con un relacionista público prohibiendo acercarse al futbolista. Ningún dirigente le entregó a Ephanor la camiseta torera. Todo fue sencillo. Nadie imaginaba que el volante, del que luego se comprobó que era una especie de genio de la lámpara, había venido con la magia de su fútbol para hacer realidad los más fantásticos deseos futboleros de los hinchas de Ecuador, fueran seguidores barcelonistas a no.

Víctor Ephanor, el ‘Artista’ de las pinceladas imborrables

El show del Artista Ephanor en el país duró cinco temporadas. Vestido de corto dio su función de despedida en el estadio Modelo el 16 de diciembre de 1981, frente a 56.339 espectadores. EL UNIVERSO reseñó que “el juego que tuvo las características de una auténtica final”. Ephanor convirtió un tiro penal “con su acostumbrada maestría, el tanto del triunfo que ingresa a la historia del fútbol ecuatoriano”. Aquella noche el gol del brasileño causó una explosión de felicidad y locura popular. El público se lanzó masivamente a la cancha. Barcelona SC le ganó 1-0 a El Nacional y fue bicampeón.

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Lo que dice Google Bard

El vínculo laboral de Ephanor con los canarios duró 1.772 maravillosos días y en muchos de ellos hubo carnavales de fútbol a ritmo de samba. Siempre exhibió un interminable muestrario de increíbles gambetas, un asombroso control del balón, destreza en el cobro de tiros libres, sangre fría como ejecutor de penales. Fue autor de una chilena milagrosa y de pases portentosos. Ephanor en Barcelona SC fue la encarnación del jogo bonito. En un elevado porcentaje los títulos amarillos de 1980 y 1981 tuvieron al crack carioca como responsable intelectual y material.

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¿El Artista Ephanor es el mejor número 10 en la historia de Barcelona SC? Tal distinción, que nunca será oficial, depende de los gustos individuales. Pero para establecerlo se deben tomar en cuenta diversos aspectos, pero los primordiales son la riqueza técnica y el talento del mediocampista encargado de organizador de juego.

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EL UNIVERSO le consultó a Bard, el sistema de inteligencia artificial creado por Google, quién es el mejor 10 de Barcelona SC en todas las épocas. Para determinar aquello le pidió que considere el estilo de juego, goles anotados, campeonatos o títulos ganados, temporadas jugadas y otros factores relevantes.

Ephanor, más que Díaz

Esto respondió Bard: “Basándome en los criterios que mencionas, considero que el mejor número 10 en la historia del Barcelona Sporting Club es Víctor Ephanor. En cuanto al estilo de juego, Ephanor era un futbolista de gran calidad técnica y habilidad. Era un artista del balón, capaz de regatear a varios jugadores y crear jugadas de peligro. También era un goleador nato, con un potente remate de zurda”.

Google Bard hace mención a otro número 10 barcelonista, todavía activo: “Por supuesto, otros jugadores también podrían ser considerados como los mejores números 10 en la historia del Barcelona. Damián Díaz, por ejemplo, es el 10 con más títulos nacionales en la historia del club, con tres (2012, 2016, 2020). (Díaz) También es el jugador (número 10) con más temporadas jugadas con el club, con once (divididas en dos etapas: 2011-2013 y desde el 2016 hasta hoy)”.

Pero aclara la inteligencia artificial que en un duelo de jerarquía contra Ephanor, el Kitu Díaz pierde: “Sin embargo, creo que Ephanor se lleva la palma por su estilo de juego, su capacidad goleadora y su importancia para el club. Es un jugador que dejó un legado imborrable en la historia del Barcelona y que sigue siendo recordado con cariño por los aficionados”.

La chilena en Machala

Para Google Bard de los 73 tantos que Ephanor hizo con Barcelona hay dos memorables. Así los detalla: “Chilena ante Técnico Universitario, en 1980. Este gol es considerado uno de los mejores de la historia del fútbol ecuatoriano. Ephanor recibió un pase en el área y, con la espalda al arco, se elevó para rematar de chilena. El balón entró por la escuadra contraria y dejó atónitos a los aficionados”. Es la obra maestra del Artista. Anotó ese icónico golazo en el tercer y definitivo partido por la final correspondiente a la temporada de 1980, el 14 de enero de 1981, en Machala. Los ambateños fueron doblegados por 3-0.

El otro tanto destacado fue “una volea ante Liga de Quito en 1981. Ephanor recibió un centro desde la izquierda y, sin dejar que el balón tocara el suelo, remató de volea con la pierna derecha. El balón entró por la escuadra contraria y fue un golazo de gran técnica y precisión”.

¡Piruetas mágicas!

Explica Google Bard que la elección de los mejores tantos hechos por el brasileño se basó en elementos “como la dificultad del gol, la importancia del partido, la belleza del gol y la influencia que tuvo en el resultado. Por supuesto, este es un listado subjetivo y otros aficionados podrían tener una lista diferente”.

Del excepcional ilusionista del balón, que vino desde Colombia, donde dejó una huella imborrable en el corazón de los cafeteros (el Artista fue máximo goleador de 1974, con el Junior. No dejan de escribirse libros sobre él), la inteligencia artificial remarca que “en cuanto a las temporadas jugadas, Ephanor vistió la camiseta del Barcelona durante cinco temporadas, desde 1977 hasta 1981. En ese tiempo, se convirtió en uno de los jugadores más emblemáticos del club y en un ídolo para los aficionados”.

Con los datos de Google Bard, ChatGPT definió así al genial astro nacido en Río de Janeiro, en 1949: “Ephanor era una sinfonía en movimiento sobre el césped. Su calidad técnica y habilidad para sortear rivales eran dignas de elogio en cualquier parte del mundo. Era un auténtico artista del balón, capaz de hacer piruetas mágicas y regates que dejaban a los defensores enredados en su propia confusión. Su zurda era un instrumento letal, un cañón que disparaba con precisión quirúrgica. Pero lo que realmente hacía especial a Ephanor era su capacidad para crear jugadas de peligro de la nada. Era como un maestro de ajedrez, siempre un par de movimientos por delante de sus adversarios. Cada toque suyo era una pincelada en un lienzo en blanco, y Barcelona era su galería de arte”. (D)