En una columna anterior se exponía que cuando una plantilla está cargada de estrellas y genios, el fútbol colectivo en un 70% desaparece y el camino del triunfo queda en los pies del jugador desequilibrante y al no estar tal deportista en el terreno de juego la derrota es eminente.

El 8 de octubre siempre será recordado, ¿por qué?, día en que la Tri se tomó el Monumental de River Plate y con el clásico Ole, Ole, Ole... en la grada de los hinchas ecuatorianos.

Qué virtudes afloraron en ese romance futbolístico en donde se anotaron dos golazos, veamos:

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“Los jugadores impregnaron hombría y presión en cada disputa del esférico, el sistema tuvo orden en las líneas, la diversidad táctica liquidó los 'circuitos' de la Albiceleste, el estado físico se anexó con la técnica en los 90 y más minutos de juego, deja a la vista y a los analistas que la Tri está para mas y que los deportistas en un 80% surgidos del Interbarrial de Diario EL UNIVERSO tienen en su esquema un arma letal que es el contraataque, agregado la velocidad en las puntas. Victoria memorable para un día ya histórico”. (O)