Cuatro son las técnicas más usadas por los delincuentes informáticos en el país. La principal es el phishing, que consiste en el robo de información que es ingresada por la propia víctima a través de páginas web o correos electrónicos falsos pero que simulan ser de una entidad financiera con la que la persona tiene relación.

En este mecanismo por lo general se pide el nombre completo de la persona, su número de cédula, número de cuenta, dirección y teléfono.

Otra de las técnicas es el scanning, en el cual los delincuentes realizan un escaneo o copia de la información contenida en las bandas magnéticas de las tarjetas de débito o crédito, creando una réplica del documento.

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También se ha encontrado que a través de las redes sociales se cometen estos delitos informáticos. El delincuente envía un e-mail a la víctima haciendo creer que se trata de un correo proveniente de la red social, pero cuando se lo abre este programa copia toda la información del usuario.

Las bandas dedicadas a este ilícito también envían invitaciones de amistad que al ser aceptadas permite al malhechor acceder a información de la víctima llevándolo a conocer sus datos, incluso a conocer los movimientos y forma de vida de la víctima.

El cuarto método se lo conoce como sniffing, en el que los hackers colocan aparatos que cumplen las funciones de espía en una terminal o una red informática logrando intervenir claves, direcciones de correo o incluso suplantar identidades en los chats.