“Hagámonos a un lado, no vaya a ser que...” es una frase inconclusa que siempre rondará la cabeza de Alfonso Espinosa de los Monteros. Esas fueron las últimas palabras que un querido profesor de este comunicador le dijo antes de desplomarse frente a sus ojos a causa de una bala perdida un 4 de octubre de 1961.

De esta manera es como el autor, a partir de la página 19 de su libro titulado Memorias, empieza a relatar los hechos que influyeron en su decisión de convertirse en comunicador social. El pasado martes el periodista presentó el primer tomo de su obra. En esta primera publicación se recogen sus vivencias profesionales ocurridas entre 1961 y 1988. A esta fase la denominó Entre el populismo y la dictadura.

Este hecho “a un joven de menos de 20 años como yo (en ese entonces) le creó muchas inquietudes respecto a qué podemos y qué debemos hacer para evitar que la violencia se vaya tomando nuestra sociedad, nuestro país y también para tratar de pensar en un grado de justicia frente a todos estos hechos buenos y malos que nos rodeaban”, refirió Espinosa de los Monteros durante el conversatorio que mantuvo con la editora de opinión de este Diario, la periodista Nila Velázquez.

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La democracia, las tentaciones que debe afrontar el periodista y la relación de todo ser humano con el poder fueron otros de los temas que se abordaron en este encuentro con las memorias del ganador del Récord Guinness como la persona de mayor permanencia en la pantalla. (I)