Dos lunes al mes Luis Eduardo Vivanco, periodista y editor general en diario La Hora, mantiene charlas con personajes del deporte, cultura, sociedad y política del país frente a unos cien espectadores en el Teatro Patio de Comedias, en la capital.

Las entrevistas (de una hora y media de duración) tienen el humor como hilo conductor. “A través de la sátira se busca proyectar el lado humano del personaje, su profundidad y su aspecto más sencillo”, comenta Vivanco. La plática es transmitida en YouTube por el canal Castigo Divino.

Gracias a la acogida que tiene ese espacio –señala el periodista– decidió presentar un libro con el mismo nombre, Castigo divino, en el que recopila las 20 primeras entrevistas, en las que aparecen personajes como Cynthia Viteri, Guillermo Lasso, Andrés Crespo, Xavier Bonilla, conocido como Bonil, y Salvador Quishpe.

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“La versión en papel de este programa tiene elementos anecdóticos que no se vieron en las entrevistas. Tienen el formato pregunta-respuesta lleno de color humorístico”, refiere Vivanco.

Para el también columnista, este libro es un aporte al periodismo nacional porque utiliza el humor como un medio de reflexión sobre los debates de temas serios que ocurren en el país.

“Si alguien al leer una de las entrevistas de economía se ríe y le dan ganas de tomarse un vino, habré cumplido con mi rol de periodista”, dice Vivanco con una sonrisa.

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En el libro también incluye preguntas del público al cual considera el tercer personaje de sus historias.

Agrega que el nombre Castigo divino se debe al pensamiento social de que los lunes son un castigo de Dios. “Entonces yo pongo al castigado sobre una silla y lo abordo con risas”.

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Pero hoy será Vivanco quien se encuentre en el papel del castigado durante la presentación de su libro a las 20:00 en el restaurante La Creperola, del Patio de Comedias de Quito.

Andrés Crespo, actor y guionista de cine, y Andrés Carrión, periodista, serán los encargados de entrevistar a Luis Eduardo Vivanco, quien hace la invitación a sus lectores para que critiquen su trabajo. “Público, si no les gusta. Por favor, búsquenme en redes sociales y mándenme por un tubo”, finaliza. (I)