Por Checo Pérez

Las mujeres en Guayaquil cantan infinitamente mejor que los hombres y cada vez es más notorio. Jóvenes, dedicadas a cantar con atrevimiento vocal, sobresalen en todos los géneros.

Y así, Olga Oleagoitia, haciendo dúo nada menos que con Gustavo Vargas, pianista y director de la carrera de música contemporánea en la Universidad Católica, repasaron lo mejor del bolero, antiguo y relativamente contemporáneo para ofrecer uno de los mejores y más finos recitales jamás escuchados en El Corte Steakhouse de Plaza Lagos.

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Comenzaron haciendo Cómo fue, que puso de manifiesto el timbre, el manejo de voz y el afinamiento exacto de Olga como también individualidad en la vocalización.

Háblame de ti, asociada a Juan Gabriel, ofreció un solo de Gustavo, muy sobrio, en piano y romanticismo en la voz de la cantante, por obvias razones, totalmente distinto del bardo mexicano. Sabor a mí, fue el clásico bolerazo apoyado por trompetas en pistas y adornado por los considerables recursos vocales e imaginación de la cantante que vocalizaba en forma original y en varios registros pasando de uno a otro como haciendo piruetas en el aire, muy segura de sí misma.

Mi buen amor, de Gloria Estefan, estuvo perfecta para el timbre de voz de Olga, vibrando espectacularmente.

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En No me queda más, de Selena, sobresalió la dicción cristalina y el desarrollo de Gustavo Vargas en conjunto con las pistas para sonar como una banda.

Con Adoro, un clásico de Armando Manzanero, Olga osciló en registros bajos, difíciles y muy bellos para, con audacia, ofrecer una interpretación propia y muy satisfactoria.

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Asimismo Contigo aprendí, en tonos dramáticos y cambiantes nos iluminó con el bolero-soul tan original en esa vocalización rocambolesca que caracteriza el estilo de canto tan original de Olga Oleagoitia.

Me importas tú, lo convirtió en una cha-cha-cha-soul, alargando la vocalización e hizo Reloj, junto con La Barca, lentos, en tonos graves con un toque de soul como Lucho Gatica nunca se hubiera imaginado.

Finalmente Sin ti estuvo delicado, luego más rítmico, al estilo de Luis Miguel, para rematar con una versión tremendista, un verdadero ‘tour de force’, de Contigo a la distancia, clásico y también con inflexiones de soul haciendo la mejor fusión con el bolero. ¡Realmente espectacular! (O)

Mi buen amor, de Gloria Estefan, estuvo perfecta para el timbre de voz de Olga, vibrando espectacularmente