En su casa, aunque los acondicionadores de aire pasan todo el día encendidos y, de noche, todas las luces, las planillas no suben de $ 5. Y ese monto no es por consumo de electricidad. Son los rubros de recolección de basura, alumbrado público y tasa de bomberos.

Esto, gracias al sistema autónomo de energía solar fotovoltaica que Álex Vargas, fundador de AV Renewable Energy S.A., implementó en su residencia y por el cual evita facturaciones mensuales de hasta $ 3.000.

La empresa de Vargas, entre otros proyectos, instaló los paneles solares que les permitieron a los habitantes de la isla Santay, en el golfo de Guayaquil, contar con energía eléctrica.

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“La ley energética del Ecuador me exige que tenga un medidor (...), pero no estoy obligado a consumir electricidad”, sostiene Vargas, quien para ser ‘autosuficiente’ cuenta con 30 paneles –o módulos– de alta eficiencia y 3 aerogeneradores (energía eólica) que hacen del suyo un sistema híbrido, dado que en ocasiones no hay mucho sol, pero sí mucho viento. Sin embargo, precisa, no es necesario implementar ambas tecnologías. Siendo el sol un conjunto de radiaciones, aun cuando no haya mucha luminosidad, el panel solar capta en un 76% la ultravioleta e infrarroja.

“Casi siempre la expresión es que la energía solar es muy cara, pero cuando decimos muy cara, ¿con qué la estamos comparando? Las personas prendemos el calentador de gas cuando lo necesitamos, una hora, media hora (…). La energía solar le permite tener agua caliente 24 horas al día”, sostiene. Además, destaca, la vida útil de un sistema fotovoltaico es de 25 años, tiempo en el que el panel empieza a disminuir su eficiencia, mas no a dejar de funcionar.

Según Vargas, la inversión de un sistema autónomo en una casa de dos plantas, sala comedor, cocina y dos o tres dormitorios, con equipos eléctricos de alta eficiencia y bajo consumo sería de unos $ 40.000. Esto abarca los paneles solares fotovoltaicos, el regulador de cargas, las baterías donde se almacena la energía y los inversores que la transforman en corriente directa (12 voltios) o alterna (110 o 220 voltios) para que pueda usarse en la casa, reemplazando el servicio de la red pública (ver gráfico).

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Yoleysi Fernández, gerenta de Renovaenergía, empresa con sede en Quito que ofrece e instala sistemas de energía solar fotovoltaica autónomos y en red, considera, sin embargo, que en el sector residencial urbano deberían emplearse los segundos. Destaca que son más eficientes y amigables con el medioambiente porque no requieren baterías, las cuales –dice– al estar compuestas de plomo, en desuso contaminan el agua y la tierra, desencadenando un efecto “altamente nocivo para la salud”.

¿Cómo funcionan los sistemas en red? Por medio de un esquema de compensación llamado net metering (balance neto), que permite verter a la red eléctrica el exceso de energía que produce quien posee una instalación fotovoltaica o eólica.

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Fernández resalta que si bien en la última década este sistema ha bajado “de manera interesante” su costo, el problema es el subsidio a la energía convencional. “Tenemos un costo de energía de kilovatio de 8 centavos y competir contra una inversión de un sistema solar todavía no es rentable”, opina. Por esto cree que la energía solar térmica para calentamiento de agua, que entre otros componentes usa paneles o colectores solares, está más cercana a aplicarse de modo masivo a nivel residencial. Lamenta que actualmente ya no se puedan implementar los sistemas fotovoltaicos en red. Solo estarían entregando energía al Sistema Nacional Interconectado (SNI) quienes firmaron un contrato hasta diciembre del 2012 tras la expedición, en el 2011, de la Regulación 004/11 (que derogó a la 009/06), que establecía los requisitos, precios, periodo de vigencia y forma de despacho para la energía eléctrica entregada al SNI por quienes producen energías como la solar y eólica. Esto, dado que la Regulación 004/11 no se renovó.

Jorge Galarza, cuya empresa se enfoca en sistemas de calentamiento de agua para casas y edificios, contrasta esta realidad con la de Puerto Rico, donde están creando una ley para que el gobierno subsidie la instalación de sistemas solares. Y la de Chile, que da, por ejemplo, incentivos para la energía solar térmica. Galarza, director de operaciones de Chisol-Enercity, ofrece, entre otros, un equipo de 200 litros para una familia de hasta cuatro miembros, que fluctúa entre $ 700 y $ 1.000. Este, señala, cuenta con un respaldo eléctrico y ayuda a reducir las planillas hasta en un 60%.

Cristina Cobo, gerenta de la división de Termotecnia de Tecnova S.A., comenta que ellos ofertan un termosifón (aparato de calefacción), que integra un panel solar térmico y un acumulador de agua, que no requiere de bomba ni de central de control. Hay de 150 litros (para 3 personas) y de 300 litros (para 5) de agua caliente. Destaca que la durabilidad de estos paneles es de 20 años y que a diferencia de los calefones de gas, estos sistemas no liberan CO2. (I)

Contactos
Paneles solares

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Quito
Algunas de las empresas que en la capital ofrecen sistemas de energía solar para calentamiento de agua y para generar electricidad en el sector residencial son: Renovaenergía (02) 240-3643, Chisol-Enercity (02) 334-1991 y Tecnova S.A. (02) 280-5295.

Guayaquil
Una de las empresas es AV Renewable Energy S.A. Su teléfono es (04) 228-6970.