Cuando la liberaron en mar abierto con un transmisor satelital (marca) los primeros días de junio, no se tenía la certeza de que su travesía de 788 kilómetros se convertiría en la primera evidencia de rutas migratorias de su especie y de la conectividad que existe entre las diferentes áreas marinas protegidas del Pacífico Este Tropical, que comprende zonas de mar territorial de Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica.