Las montañas, vitales como fuente de agua dulce, son uno de los ecosistemas más sensibles al cambio climático y están siendo afectados más rápido que otros hábitats terrestres, advierte la Unesco en un informe que presentó este viernes en Perú durante un foro para analizar el problema.

El Foro Mundial de Montañas, que se realiza este viernes y sábado en Cusco (sureste), reúne a científicos, organizaciones internacionales y tomadores de decisiones para analizar, entre otros asuntos, cómo lidiar con el impacto del cambio climático sobre los recursos hídricos de las aéreas montañosas.

"Este reporte llamará la atención sobre cómo afecta el cambio climático a la disponibilidad del agua en las zonas de montaña", dijo a la AFP Blanca Jiménez, directora de Ciencias y Agua de la Unesco.

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Las montañas y sus valles adyacentes ocupan el 24% de la superficie terrestre y albergan 1.200 millones de personas, según datos de Naciones Unidas.

"Casi 50% de la población mundial depende del agua que se produce a través de las montañas", graficó Jiménez.

Los sistemas de provisión de agua que se están afectando mucho más por el cambio climático son aquellos que están alimentados por glaciares y nieve, y por zonas de montaña, según los estudios de agencias de la ONU y de organizaciones ambientalistas.

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La reunión de Cusco será además preparatoria para los documentos que se discutirán en la Cumbre de Cambio Climático (COP20) que convocará a 195 países en diciembre en Lima.

En Perú y otros países de la región con fuerte actividad minera, el cambio climático también puede tener una fuerte incidencia: si hay un aumento de lluvias intensas en zonas de minería a cielo abierto se genera un mayor arrastre de contaminantes (mercurio, plomo, azufre) a los cursos de agua, alertan los científicos.

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"En la Unesco estamos preocupados en ver cómo nos preparamos para hacer los cambios globales necesarios para lo que llamamos la seguridad hídrica. Cómo podemos tener el agua que necesitamos, con la calidad apropiada y en la cantidad necesaria", dijo a la AFP la funcionaria mexicana.

Ante la creciente problemática del cambio climático, el modelo de desarrollo económico debería generar un marco de actividad diferente, "cambiar las valoraciones", opinan los científicos que siguen de cerca las alteraciones en el medio ambiente.

"Que la gente no tenga agua o que la gente se enferme por el agua que consume, tiene un costo que debe ser tenido en cuenta", dijo Jiménez.

"Hay que revisar los modelos de desarrollo, y los costos de contaminación tienen que tener otra lógica pues los problemas que estamos viendo a futuro van a llegar mucho más rápido", consideró la experta.

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