Tras un viaje de tres horas en auto y una caminata de cuarenta minutos sobre planicies rocosas, grietas y nieve se llega a una de las cinco estaciones instaladas en la cobertura de nieve del volcán Antisana, de 5.753 metros de altura. Así lo explica Bolívar Cáceres, responsable del Programa Glaciares del Ecuador, que ejecuta el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) desde 1994 para verificar el retroceso de los casquetes de hielo en las siete cumbres con glaciares que tiene el Ecuador, uno de los impactos del cambio climático.