Casco, pedales y baterías eléctricas. Siete peculiares vehículos no necesitaron más para la carrera Desafío Cero, con la que Chile busca potenciar el desarrollo de transporte urbano amigable con el medio ambiente.

La competencia se inició el pasado viernes. Los participantes recorrieron duras curvas y pendientes de carretera en Farellones, un pueblo ubicado en la cordillera chilena.

La carrera siguió ayer en la ciudad portuaria de Valparaíso, con el océano Pacífico de fondo, y hoy continuará por las calles de la capital.

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Uno de los autos fue bautizado como "Vilti", que significa halcón en idioma de la etnia kunza, y es impulsado por energía eléctrica y tracción humana.

Con forma de cápsula, una puerta superior y sobre tres ruedas, el piloto conduce gracias a una palanca que cuenta con marchas similares a las de una bicicleta.

"Queremos proponer una nueva alternativa de transporte, autos entre eléctricos y híbridos, para una o dos personas, que se asemejan más a una motocicleta, como una nueva alternativa para transportarse en la ciudad", señaló a la AFP Pablo Ahumada, coordinador de Desafío Cero.

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La mayoría de los equipos ya habían competido en la primera carrera de vehículos con energía solar en Latinoamérica, la Atacama Solar Challenge, que Chile acogió el pasado año.

Pertenecen a universidades, como la U. de Chile, la U. Católica, o la U. Federico Santa María, y se apoyan también con recursos de empresas para diseñar sus vehículos.

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Antes de empezar, los organizadores revisaron los autos de cada equipo y sellaron sus baterías eléctricas con una cinta de plástico para que los competidores no pudieran recargarlas durante la carrera.

También sometieron a un test de alcoholemia a los conductores, que superaron sin problemas.

A primera vista cuesta imaginar este tipo de frágiles y lentos autos recorriendo las calles de grandes ciudades. Pero sus creadores aseguran que no falta mucho para su uso masivo.