Tomates rojos, brillantes y perfectamente redondos o fresas del tamaño de la mano pueden seducir a la vista de cualquiera, menos a la del chef argentino Pedro Lambertini, impulsador de la gastronomía orgánica.

Comer orgánico no es solo consumir alimentos libres de químicos o pesticidas. Es aprovechar los frutos propios y los que están en temporada según las estaciones de la región donde se habita.

La receta de Lambertini es simple: mientras el alimento recorra menos es mucho mejor. “¿De qué me sirve comer un maracuyá que viene de República Dominicana si yo vivo en Argentina?”, cuestiona.

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El chef argentino, fundador de la cadena de restaurantes Natural Deli, en Buenos Aires, asegura que el sabor de los productos orgánicos es mucho mejor. ¿Cómo identificarlos? Generalmente están etiquetados en los supermercados y su apariencia no es perfecta.

“Son bastantes deformes, pero tienen un sabor único”, asegura el argentino, que se encuentra de visita en la ciudad como invitado especial de la Feria Guayaquil Gastronómico.