Escribo para realizar una simple pregunta en vista de lo que vive el pueblo ecuatoriano hoy en día, ¿cuál es el orgullo y/o privilegio de ser un ciudadano ecuatoriano?

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Hoy en día parece que el verdadero privilegio se ve en ser un criminal ecuatoriano. Si soy un ciudadano, tengo que seguir las leyes del país, de tránsito, de comunidad, leyes fiscales y cualquier otra ley provista por la constitución de este hermoso país. Mientras tanto, el criminal ecuatoriano no necesita hacer esto, ellos pueden matar, robar, chantajear, amenazar, extorsionar y/o cualquier otro tipo de delito mencionado en el Código Penal sin sufrir daños a sus privilegios y derechos constitucionales, es más se podría decir que gozan de hasta más derechos.

Si soy un criminal, tengo una organización que se asegura de que cualquier tipo de incomodidad se convierta en un juicio contra el Estado. Si soy un criminal, tengo alojamiento asegurado, tres comidas al día y vestimenta. Si soy un criminal y necesito “laborar”, pido medidas sustitutivas a la Fiscalía, procedo a delinquir o “realizar mi jornada laboral” y de ahí regreso a mi apartamento en el bloque de mi “organización”. Si soy un criminal en buen estado con mis “jefes”, me suben el “sueldo”, me mejoran mi apartamento, comida y entretenimiento. Si soy un criminal, mantengo mis derechos constitucionales como poder votar.

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Si soy un ciudadano, tengo que pagar impuestos. Si soy un ciudadano, tengo que buscar más de un trabajo para poder poner comida en la mesa. Si soy un ciudadano, tengo que pagarle al criminal durante su “jornada laboral”. Si soy un ciudadano, tengo que esperar mi turno en centros de salud públicos y comprar mis propios medicamentos.

Por eso le pregunto, ¿cuál es el orgullo de ser ciudadano ecuatoriano? ¿Con qué cara miro a mis hijos, hermanos, sobrinos, primos, madre y padre y les digo lo feliz que soy de haber nacido en esta tierra hermosa?

¿Cuál es el orgullo? (O)

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Carlos Manosalvas Holst, fisioterapeuta, Guayaquil