Experimentar situaciones angustiantes como la actual crisis sanitaria provocada por el aumento de casos confirmados de COVID-19, que afecta al mundo entero, puede orillar a ciertas personas a volverse conflictivas, a ver la paja en el ojo ajeno, a señalar culpas, a posicionarse en bandos aparentemente opuestos. Así van surgiendo las controversias que, lejos de contribuir a la tan ansiada unidad nacional, nos dividen.

Es lamentable que un antisocial le disparara a la altura del abdomen a un conductor de bus que brindaba servicio de transporte hacia diversos hospitales de Guayaquil, en la ruta 7 de la salud. De igual manera, desconcierta que haya personas que empiezan a pelearse, que se dejan ganar por la provocación, que publican en las redes sociales comentarios denigrantes que abonan al regionalismo cuando se debiera llamar a la unión y a la calma en estos difíciles momentos que atravesamos como país, como especie humana.

La sabiduría filosófica de la antigua Grecia nos legó la frase “Conócete a ti mismo”, paso previo para poder vencer las características propias que nos impiden ser ciudadanos de bien que aporten en lugar de solo criticar y reñir. Este momento puede resultar propicio para buscar si el rival a vencer está afuera o dentro de uno mismo. (O)