La Unesco declaró al tejido del sombrero de paja toquilla como Patrimonio Intangible de la Humanidad el 5 de diciembre de 2012, hecho que evidencia el arte de su elaboración y la trascendencia de su uso.

El confeccionar sombreros de este material es una ocupación netamente campesina. En la parroquia Pile, del cantón Montecristi, provincia de Manabí, se produce de manera natural la planta de la paja toquilla (Carludovica Palmata); las condiciones de suelos y clima permiten que esta planta se desarrolle, dando alta calidad en sus fibras que son usadas en la elaboración de artesanías y del mismo sombrero. Encontré en este sector a comuneros productores de esta planta, quienes manejan de entre 1 y 5 hectáreas y por los bajos costos pagados por la fibra ya solo quedan seis personas dedicadas a este cultivo, por ende cada vez se encuentra menos materia prima, a pesar de ser de alta calidad.

Doña Celia López García, representante del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural del Ecuador, me explicaba cómo reconocer la finura de un sombrero contando los nudos o puntos de paja por pulgada cuadrada del tejido, que van desde 17 hasta 64 puntos y dependiendo de esto, el tiempo de elaboración que va desde mínimo dos meses.

El costo de esta fina prenda pagada al tejedor va desde 100 dólares en adelante, dependiendo de la calidad de la paja y de la experiencia del tejedor. Se sabe que el mayor precio alcanzado en EE.UU. y UE es de alrededor de 25.000 dólares (sombrero extrafino o trafino), es decir, que la mayor parte de las ganancias van a manos del exportador del sombrero.

Amalgamando todas las aristas de esta actividad, bajo costo y escasa materia prima, bajos precios pagados al tejedor de sombreros por su arduo trabajo, migración de los jóvenes de las zonas rurales a las ciudades... nos hacen pensar que el sombrero de paja toquilla está en vías de desaparecer.

Considero se debe articular una alianza estratégica entre instituciones como Ministerio del Ambiente, Ministerio de Agricultura, Asociación de Tejedores de Paja Toquilla, Ministerio de Comercio Exterior, embajadas del Ecuador en los diferentes países. Alianza que permita aumentar el hectareaje de siembra de la planta, pagar mejor precio al productor de la fibra, para que haya suficiente materia prima para aumentar el volumen de confección del sombrero y lo más importante, que se traslade la ganancia en buen porcentaje al tejedor para así incentivar a las comunidades a seguir esta hermosa tradición.

Es tarea de todo ecuatoriano bregar porque se mantenga esta actividad.

Todo ecuatoriano, hombre o mujer, debería usar un sombrero fino de paja toquilla. (O)

Pedro Pablo Jijón Ochoa, ingeniero comercial, Guayaquil