El tráfico en la vía a Samborondón entre las 06:30 y las 07:00 se vuelve un caos. Es de notar la responsabilidad compartida entre conductores y agentes del tránsito.

En el primer escenario, cuando uno se apresta a circular entre el kilómetro 1 y el 2,5 a la altura del semáforo ubicado en la Piazza, existen tres carriles que conducen a dos colegios; el carril más próximo a la derecha cuando uno retorna a Samborondón mantiene una señal para virar a la derecha, el cual es invadido todos los días –en presencia de los agentes de tránsito– por conductores irrespetuosos que quieren virar a la izquierda, impidiendo que el tráfico fluya para los vehículos que avanzan a Samborondón. En el segundo escenario nos encontramos con una columna de más de un kilómetro –formada a la altura del semáforo del retorno de un liceo– por conductores “avispados”, llámense así a los que les gusta meterse entre los carros sin respetar la columna; se aprovechan, abusan de aquellos somnolientos, cautos que dejan un espacio prudente entre carro y carro para avanzar, que no manejan al acecho, y de algunos educados que dejan meter en la cola a cuantos sabidos se pasan por delante. El agente que algunas ocasiones está en el redondel ni se entera del caos que se forma en el retorno.

La peor parte la lleva el tercer escenario, comprendido por la tercera fila interminable que se forma a la altura de una parrillada; aquí ciertos agentes se han tornado en paparazzis (fotógrafos), se hacen de la vista gorda y simulan con el teléfono celular que toman fotos a los conductores avispados y sabidos que rebasan imprudentemente y se meten delante de los conductores somnolientos, cautos, y educados que están haciendo columna. ¿Hasta cuándo sigue este caos, hasta cuándo tenemos tolerancia con agentes de tránsito que no realizan su trabajo a cabalidad? Dejar meter en la cola a conductores sabidos incide en el caos, pues si los agentes aplicaran con firmeza sanciones a conductores avispados y sabidos, como a los somnolientos, cautos y despreocupados con el tiempo, no tendrían más opción que respetar la ley.(O)

Djalma Blum Rodíguez, abogada, avenida Samborondón