Pregunto: ¿Hay imperio sin emperador?

Relación en El Telégrafo, miércoles 15 de marzo de 2017, en referencia a que el contralor Pólit pidió a la Asamblea que permita que se conozcan públicamente los indicios de responsabilidad penal –por alrededor de un mil millones de dólares– y glosas –por una suma mayor– puntualizando: “No es justo que a lo largo de 9 o 10 meses de un trabajo muy profundo, los informes con indicios de responsabilidad penal no tengan resultados rápidos y sobre todo contundentes”.

Precisa Pólit que en la campaña electoral ha habido gente involucrada que tiene deudas millonarias con el Estado y “otros que fueron señalados con indicios de responsabilidad penal”. Explica: “Yo sí me he dado cuenta que hay gente tras bastidores…”. Imputación gravísima.

Y anuncia que “apenas se posesione el nuevo fiscal motivará una reunión, en donde le pedirá comprometerse en las tareas de fiscalización”. ¿Nada bueno espera del fiscal Chiriboga, que se supone durará hasta junio del 2017?

Coincido con Pólit
Sí, en eliminar la alcahuetería de la reserva, para lo que no se requiere reforma alguna, y que él y el fiscal juntos, evidencien los casos a que se refiere Pólit, por cientos de millones de dólares, con actores involucrados en la campaña electoral.

También se debe identificar a quienes “tras bastidores” los protegen.

De no hacerlo, Pólit y Chiriboga –y los de sus entornos– no es que serían encubridores, sino que aparecerían como parte del concierto de la impunidad en el Ecuador.

Esta es la oportunidad de evidenciar su honestidad y que no son conciertos en la purulencia del poder.

Y hay antecedentes. En los casos de cuando el Gobierno ha querido escandalizar, se han publicitado –y aun deformadas– las versiones de textos de informes de indicios de responsabilidad penal.

El espacio no me permite relatarlos en esta columna, pero se los haré llegar a Pólit y Chiriboga.

¿Certificados de buena conducta?
Chiriboga tiene mala experiencia en expedirlos. Algún rato, el director de El Telégrafo, Orlando Pérez, le pidió un certificado de buena conducta. Cuando Pérez evidenció que una estudiante con aspiración de pasante, había entrado a su intimidad, pero se molestó –agrediéndola– porque no se retiró cuando él quiso que lo haga, diciembre 5, 2016, se inició un proceso. En este se agregó el certificado que era de otra época y resultaba de Ripley que el agresor invoque como referente suyo de buena conducta, un texto del fiscal general.

Ahora el vicepresidente Glas le pide una especie de certificación de buena conducta. Para el efecto, lo visitó con acompañantes y con libreto. Ningún periodista podía preguntarle cosa alguna.

El fiscal no es para dar esa especie de certificación, sino para investigar. Le quiero apoyar a Chiriboga. Le pido respetuosamente que me llame a dar versión, con anticipación suficiente. Podemos analizar actas, informes, decisiones, procesos en que hay evidentes responsabilidades de Glas por acción o por omisión.

También puedo sugerir quiénes más pueden dar versión. Por supuesto, debe hacerlo el propio Glas y quienes firmaron los contratos y otros documentos bajo indicios que deben investigarse.

No se molesten en allanar los espacios donde crean pueda estar la información, porque no la van a encontrar y está respaldada.

Glas deberá agradecer que se lo investigue en serio, como dice que le interesa.

La reincidencia profuga
Está evidenciada, casi como política de Estado, en los casos de Pedro Delgado y de Pareja Yannuzzelli.

Hoy podría reiterarse en el caso de Odebrecht. Se anuncia que por junio del 2017podría haber nombres de responsables, cuando los de casa adentro del poder ya hayan llenado más sus alforjas y fugado.

El documento entregado en diciembre del 2016 por el Departamento de Justicia de Estados Unidos puntualiza que la empresa brasileña pagó a funcionarios del Gobierno ecuatoriano –no a terceros– USD 33,5 millones para obtener beneficios ilícitos por USD 116 millones. Explícitamente señala que para el retorno de Odebrecht, después de la expulsión del 2008, se acordó con alguien “que tenía control sobre los contratos públicos, realizar pagos corruptos para resolver dichos problemas.

Odebrecht luego entregó estos pagos en efectivo al oficial de Gobierno”.

¿Quién es el todopoderoso en el 2008 y años siguientes que sigue con poder para trabar la lista de posibles indiciados?

Correa expulsó a Odebrecht el 23 de septiembre de 2008. Lula lo recibió en Manaos el 1 de octubre –8 días después– y con Chávez lo convencieron de que otra vez le abra la puerta a Odebrecht. Había un concierto de cruce de beneficios, desde años atrás, entre el llamado socialismo siglo XXI y Odebrecht, que ahora está evidenciado.

Eduardo Valencia indicia al propio Correa. A mí me falta información.

¿Y las versiones de descalificados?
Pedro Delgado fue ojos, oídos y lengua de su pariente, el presidente Correa, hasta diciembre del 2012. Hoy es su acusador. Le acusa hasta de diezmos forzados, identificando supuesta recaudadora y cuentas utilizadas.

¿Será de investigar?, claro que sí, las delaciones hay que depurarlas, pero no se debe ignorarlas.

Aspiro a que se trate de una miserable calumnia de Delgado contra Correa. (O)

Pedro Delgado fue ojos, oídos y lengua del presidente Correa hasta diciembre del 2012. Hoy es su acusador. Le acusa hasta de diezmos forzados…