Al momento de escribir esta columna han transcurrido pocas horas desde que el CNE anunció oficialmente que habrá segunda vuelta. Sin embargo, la columna de hoy será diferente.

A pesar de haber sido insultado en varias sabatinas por pensar distinto, con la correspondiente colilla de ataques masivos a través de redes sociales, y en consecuencia, de tener muchas más razones para salir del correato que aquellos que por nueve años callaron mientras se llenaban los bolsillos con los negocios que este generó producto del despilfarro y bonanza económica, y que hoy, cuando las arcas fiscales se están secando, se han vuelto patriotas y paladines de la libertad, hoy no voy a hablar de la revolución ciudadana.

A diferencia de quienes hoy están subidos en la ola (y hasta en una que otra tarima), yo he combatido los excesos del correato desde enero del 2007; no en cocteles o clubes sociales, sino en esta columna, que además de ser pública, cuenta con la lectoría del Mayor Diario nacional.

Por eso no voy a hablar de la revolución ciudadana. No tengo necesidad de hacerlo. Mi pensamiento ha sido público y consta en más de 400 artículos de opinión publicados en este espacio durante estos diez años.

Hoy voy a hablar de lo que necesita el Ecuador a gritos.

La historia ha puesto a Guillermo Lasso al frente de todos quienes queremos un nuevo Ecuador. Un país de libertades, de diálogo, de coincidencias y de democracia.

Derrotar a Lenín Moreno no será fácil. A pesar de diez años de la revolución ciudadana en el poder y de su notorio deterioro, sigue siendo la primera fuerza política del país.

Y para hacerlo, Lasso deberá extender manos, tender puentes y recibir el contingente que cada ecuatoriano pueda sumar a la causa, que ya no es de Lasso ni de CREO, sino de todos los ecuatorianos que queremos salir de la pesadilla que vivimos.

Lasso debe salir YA a buscar los votos de quienes no lo votaron en primera vuelta, y especialmente del gran electorado de Jaime Nebot.

Sí, de Jaime Nebot, a quien le debemos haber llegado a este momento. Quien luchó durante diez años contra el correato y le impidió apoderarse de Guayaquil, último reducto de la resistencia, y desde donde se proyectaron las victorias de febrero del 2014 en las ciudades más importantes del país.

Nebot, que mantiene intacto su capital político, como lo demuestra la abultada votación recibida por su partido en la Costa ecuatoriana, y particularmente en la provincia del Guayas, será fundamental para derrotar a Moreno.

La primera vuelta ha quedado atrás; ha llegado ese momento tan demandado por los seguidores de Lasso: de ser el candidato único contra el oficialismo. Es la hora de deponer desafectos personales, por el país. Y quien nos comanda en esta batalla por la supervivencia del Ecuador debe predicar con el ejemplo. Estoy seguro de que así será.

Lasso tiene la responsabilidad de liderar a todos los ecuatorianos que queremos dejar atrás el odio, la persecución y la mentira como política de Estado.

Guillermo, llegó el momento; el momento de rescatar al Ecuador, para que no se convierta en Venezuela.

Estamos en sus manos. (O)