Luego de transcurrir 10 años (2007-2016) lo que parecía un buen comienzo, termina desvaneciéndose en el sector agropecuario, la tarea aún está inconclusa; lo que da incertidumbre dada la escasez de propuestas, el estancamiento de la productividad, la pobreza casi generalizada y otras causas que están en permanente “debate”. En este escenario que no es optimista sino de frustraciones, se deja entrever que no hay asistencia técnica y especializada, diseños macroeconómicos que devuelvan las esperanzas al agro.

En estos momentos difíciles de incuestionable descontento, hay oportunistas, obedientes por conveniencias, fingiendo emociones, y los que tenemos fe; pero todos estamos con expectativas, con incertidumbre. Solo se han tomado tímidas decisiones que agravan la situación por improvisados que mienten y desestiman a cualquiera que contradice sus intereses, tratan el problema en forma superficial, apresurada. Deberían estimular la producción, el comercio, la inversión, los créditos.(O)

Fulton Fonfredes Quintana Cabrera ingeniero agrónomo, Guayaquil