Tengo nietos en el preescolar. No sé con qué criterio han extendido las clases hasta casi fines de febrero. Cuando mis hijos estaban en el colegio, lo más tarde que terminaban el año lectivo era a mediados de enero, incluso hasta salían antes de Navidad.

Ahora me parece terrible que los niños asistan a clases en una época con tanto calor, lluvias, mosquitos, con todo el riesgo de adquirir y contagiar a otros con enfermedades típicas de la época invernal. Me cuesta creer que haya quienes piensen que este calendario escolar es adecuado al régimen de la Costa, más parece un castigo.(O)

María Ximena Ramos C., Guayaquil